|
Nació: | 10 Mayo 1843 | España |
Signo del zodiaco: | Tauro |
Benito Pérez Galdós nació en Las Palmas de Gran Canaria, España, el día 10 de mayo del año 1843, y fue un famoso dramaturgo, cronista y novelista, que formó parte del círculo de representantes del realismo del siglo XIX, siendo considerado uno de los más importantes escritores de la lengua española en toda la historia.
Hijo de Sebastián Pérez y Dolores Galdós, sus primeros estudios los realizó en el Colegio de San Agustín, en donde desde muy pequeño demostró una creatividad extraordinaria. En el año 1862, obtuvo el título de bachiller en Artes de la Universidad de su pueblo, en donde fue alumno de grandes celebridades, como Valeriano Fernández, Francisco de Paula Canalejas, Francisco Giner de los Ríos, Adolfo Camús y Fernando de Castro.
Fue en ese tiempo cuando comenzó a participar de distintos círculos de intelectuales, en donde conoció a varios colegas suyos que lo inspirarían para comenzar su obra. Al mismo tiempo, fue columnista del diario "La Nación", "El Debate", y la "Revista del Movimiento Intelectual de Europa".
En lo que respecta a su personalidad, se sabe que el artista español fue una persona muy tímida, por lo que le gustaba pasar desapercibido. Por esta razón siempre vestía de ropa poco llamativa, y siempre demostró poco interés en la moda. Además, se sabe que se usaba el cabello muy corto.
A pesar de su personalidad introvertida, contaba con una memoria prodigiosa, lo que le permitía recordar con detalles lo vivido hacía mucho tiempo atrás, brindándole lo más importante que debe poseer un escritor, el poder de observación.
Su vida personal fue cuidada celosamente por el escritor, por lo que poco se sabe de ella. Luego de un amorío con Lorenza Cobián, tuvo una hija en el año 1891, aunque la madre se suicidó poco tiempo después.
El estilo de Galdós para la escritura demuestra una notable sensibilidad por el lenguaje popular, por lo que se hace de fácil lectura para todo público. Se destacan los diálogos en casi todas las escenas, por lo que daba un aspecto mucho más real a sus escritos. Además, denotaba mucho humor e ironía en la descripción de sus personajes que, en ocasiones, llegaban a ser un tanto infantiles y vulgares.
En el año 1912 fue candidato para el "Premio Nobel de Literatura", aunque sus diferencias políticas con la Academia Sueca le impidieron hacerse con la condecoración.
Con el tiempo, el artista europeo comenzó a padecer problemas en su vista, por lo que quedó completamente ciego. En el año 1919, se presentó una escultura suya por su obra, por la que él mostró mucho orgullo y alegría, que hizo que demostrara su emoción en público derramando lágrimas en agradecimiento.
El 4 de enero de 1920, murió en su residencia de Madrid. A su entierro asistieron alrededor de 20 mil personas, los cuales acompañaron con mucho dolor el ataúd hacia el cementerio de la Almudena, en donde fue enterrado.
En su obra, se destacan un gran número de novelas, entre las que se pueden nombrar: "La Fontana de Oro", "Doña Perfecta", "La familia de León Roch", "Marianela", "La desheredada", "Tormento", "El amigo Manso", "Fortunata y Jacinta", "Miau", "Nazarín", "Halma", "Misericordia" y "El abuelo". Pero además, tuvo su incursión en el teatro, para el cual escribió varios éxitos, como: "Quien mal hace, bien no espere", "La expulsión de los moriscos", "Un joven de provecho", "Las de San Quintín", "Amor y ciencia", "Celia en los infiernos", "Santa Juana de Castilla", "Antón Caballero", "Mariucha" y "El tacaño Salomón", entre otros.
También escribió varios ensayos, llamados misceláneas, entre los que se destacan: "Crónicas de Portugal", "Memoranda, artículos y cuentos", "La novela en el tranvía", "Fisonomías sociales", "Toledo. Su historia y su leyenda", "Viajes y fantasías", "Cronicón 1883 a 1886" y "Memorias".