Abelardo Sergio Vicioso González nació el
27 de abril de 1930 en Santo Domingo. Fue el mayor de cinco hermanos. Sus padres y todos sus antepasados se establecieron en Puerto Rico y en República Dominicana.
Desde que era solo un niño, Abelardo sintió un gran amor por la literatura, dedicándole mayor tiempo y desarrollando una gran capacidad creativa. Estudió derecho en la Universidad Autónoma de Santo Domingo y tiempo más tarde, estudió cine en Hollywood.
Formó parte del ejército de su país y alcanzó el grado de Teniente. Después obtuvo el doctorado en la Universidad y fue nombrado decano de la Facultad de Humanidades en su alma mater.
A la edad de 18 años comenzó como literario y publica sus primeros poemas en el periódico
El Caribe. Diez años más tarde, se hizo acreedor al
Premio Nacional de Poesía y escribió
"La Lumbre sacudida" para después sorprender a todos con
"Cantos latinoamericanos", ambas obras alcanzaron mucho éxito.
Al ser parte del ejército de su país, cuando los estadounidenses invadieron su país en 1965, Abelardo se enfrentó a ellos en el ejército de la bahía, situación que le trajo muchas experiencias y que le sirvió como inspiración para escribir su poema
"Canto a Santo Domingo Vertical", que de inmediato se convirtió en un himno para la juventud de su patria de aquellos años.
Más tarde se convirtió en miembro activo del
Partido Socialista Popular y del Partido de la Liberación Dominicana, formando parte del Comité Central.
De 1996 al año 2000 fue asistente especial del Presidente de la República
Leonel Fernández Reyna, gobierno en el cual se convertiría en
Presidente vitalicio de la Casa del Poeta.
Fue en el año 2004, cuando Vicioso comienza a escribir su primera novela autobiográfica, que tituló como
"Las memorias del Teniente Veneno". Pero el escritor estaba muy enfermo desde hacía años, padecía de serios problemas cardiorrespiratorios, situación que lo llevó a la muerte el
13 de enero de 2004 en Santo Domingo.
Gran tragedia y principal motivo para que su obra quedara inconclusa, pero casi 4 años después, fue su hijo Carlos, quien con el apoyo de los ministerios y editoriales del país, consigue editar el libro en 2008.