|
Nació: | 07 Noviembre 1913 | Argelia |
Falleció: | 04 Enero 1960 |
Signo del zodiaco: | Scorpio |
Novelista, ensayista, dramaturgo y filósofo argelino. Destacable humanista de la conciencia de lo absurdo. Cuando tenía 44 años, en 1957, fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura, gracias al conjunto de su obra en que se ponen de manifiesto los problemas en las casuística humana.
Radicando en Argel, realizó sus estudios, y dicho sea de paso tuvo profesores que lo animaban a seguir adelante. Tales como Louis Germain durante sus estudios primarios, y por quien estaría muy agradecido. Tan es así que le dedicó el discurso de su Nobel. Además, Jean Grenier, quien lo motivaría en la lectura de los grandes filósofos, tales como Nietzsche.
Inició sus oficios como escritor precozmente. Fue en la revista Sud, en 1932, donde publican sus textos que recién empezaba a hilvanar. Luego de recibir su bachillerato, recibió un diploma con que era reconocido en sus estudios en filosofía. Lamentablemente por padecer de una tuberculosis, fue impedido de ser partícipe en una prueba para licenciarse.
Una de sus obras fue El revés y el derecho que publicaron en 1935. Posteriormente, funda el Teatro del Trabajo, que tomó el lugar del Teatro del Equipo, en 1937. Además laboró en el Diario del Frente Popular, en que uno de sus trabajos de investigación llamado La miseria de la Kabylia, es reconocido hasta nuestros días.
La discordia que tuvo con Jean Paul Sartre, en 1952, luego que saliera a la luz Les Temps Modernes, en que criticaba con remilgos a Camus por su rebeldía, que señalaba como “deliberadamente estética”, y que fue presentada por él en “El mito de Sísifo”.
Se dice que el pleito entre Sartre y Camus no sucedió en realidad. Y que además hubo un malentendido en las cartas que se enviaron y que eran la prueba que este último negaba haber sido influido por el anterior. Posteriores investigaciones comprometen la veracidad de dichas misivas.
Camus formuló un análisis sobre la condición del ser humano. Negando la fe en Dios, en los hechos históricos y en la razón. Poniéndose en contra de las doctrinas cristianas, de las ideologías marxistas y hasta de las abstracciones que distancian al hombre de sí mismo. Nominándolo como una filosofía de lo absurdo, y enfatizó sus ideas anarquistas en su libro El hombre rebelde.
Falleció fatalmente en un accidente automovilístico. Entre sus pertenencias se encontró un manuscrito que estaba a medio terminar, titulado El primer hombre, que tenía un corte autobiográfico. Fue inhumado en Lourmarin, que es un pueblo situado al sur de Francia, donde hubo adquirido una vivienda.