Alejandro I de Rusia

Hijo del gran duque Petróvich y la princesa alemana María de Wurtenberg, creció bajo la tutela de su abuela Catalina la Grande, en cuya corte recibió su educación de la mano de su tutor y el gobernador militar.

Con la muerte de su padre, que ya era el zar Pablo I, a manos de asesinos que conspiraron contra la corona, Alejandro formaba parte de ese grupo al dejarse convencer de que solo querían hacerle abdicar para que él subiera al trono. Sus sentimientos de culpa y sus remordimientos le acercaron a la iglesia ortodoxa, así como la implantación de políticas conservadoras durante todo su reinado.

Siempre intentó convertirse en alguien importante en la historia, y se esforzó en poner en marcha todos sus planes de reforma a la vez que mantenía en sus cargos a antiguos colaboradores del gobierno de su padre. No obstante, pocas de las reformas que quería llevar a cabo pudieron convertirse en realidades, sobre todo debido a los continuos casos de corrupción y a la oposición que mostraron los miembros de la vieja guardia rusa ante la instalación en distintos puestos del gobierno con extranjeros. Esta situación puso en grave riesgo incluso al pueblo, que se vio oprimido hasta unos límites que no mostraban ni mucho menos las supuestas aspiraciones del zar de lograr una reforma que les concediera la libertad. De hecho, en público apoyaba reformas y medidas populistas que no tenía ningún inconveniente en retrasar o abandonar en poco tiempo sin llevarlos a término.

Todo esto le valió la antipatía de todos los estratos sociales de Rusia, ya que mientras que los aristócratas criticaban que otorgaba honores y cargos a dignatarios extranjeros y repúblicas de las afueras del país los campesinos se quejaban amargamente de que continuaban oprimidos y no recibían los beneficios que por contra recibían otros territorios dependientes en los que no había rusos. Se le trató de obligar a eliminar la servidumbre en Rusia para que la industrialización fuera una realidad, pero al tratarse de un gobernante muy voluble y temeroso de los nobles no lo hizo a pesar de que se mostró públicamente a favor.

Durante un corto período de tiempo tuvo una estrecha amistad con el general Napoleón, perolas presiones de algunos familiares y nobles le hicieron abandonar la alianza y declararse de nuevo enemigo de Francia.

Alrededor de su muerte hay muchos misterios, y en su tumba, abierta en 1926, no se encontró nada.