Alejandro II Nikolaiévitch o también conocido como el
Zar del imperio Ruso, fue uno de esos personajes pertenecientes a las familias de grandes dinastías por lo que tal vez sin desearlo eran herederos al trono y por ende ya tenían que ser autoridades en sus grandes territorios por lo que debían tener el arraigo y la inteligencia suficiente para tomar buenas decisiones y encaminar a sus pueblos al desarrollo; a diferencia de otros famosos herederos de importantes linajes, Alejandro II, si supo sobrellevar el poder que se le había entregado, pues tuvo un buen gobierno,
dictaminó tajantes decretos para mejoras y siempre fue justo con su pueblo, por esta razón fue odiado por conspiradores que querían traicionarlo y echarlo del trono para quedarse con el, por lo que intentaron asesinarlo en varias oportunidades, hasta que por fin lo lograron terminando así con su dinastía.
Alejandro II Nikolaiévitch, nació en Moscú el 29 de abril de 1818, vivió una infancia acomodada al lado de sus padres Nicolas I de Rusia y de Carlota de Prusia, ambos también herederos de grandes dinastías, recibió una educación privilegiada a la que solo los hijos de buena familia podían acceder. Mientras crecía Alejandro dió pocas señas de valentía e interés ante asuntos millares y políticos del gobierno del que era heredero, siendo un tema decepcionante para los que lo veían crecer y para su padre que no confiaba en que su hijo se pudiera convertir en un buen líder para Rusia.
Tras la muerte de su padre en 1855 Alejandro II accedió al trono a sus 37 años, siendo un gran reto para él, pues el poder le fue entregado en tiempos de hostilidades para su país, exactamente en la Guerra de Crimea donde tuvo que adoptar una postura reformista y buscar la paz entre los pueblos. Después de ello el nuevo gobernador empezó a dictaminar una serie de reformas para su país que innovaron de gran manera su mandato, restableciendo su poder y administrando bien sus recursos, como: la extensión de la educación, la abolición de la servidumbre, la creación de poderes locales elegidos por el pueblo, la reforma del sistema penal que eliminaba las torturas y los castigos corporales para los reos, la unificación de los tribunales, etc.
Por su buena labor como gobernante, Alejandro era considerado un hombre prudente y de buen espíritu, algo que caracterizaba era que no quería imponer sus ideas como bien podía hacerlo, sino que el pueblo decida en su mayoría. Fue un movimiento revolucionario de izquierda que se oponía a las nuevas reformas del gobernador la que creó conflictos políticos en Rusia, pues intentaban imponerse en el poder, después de sobrevivir a cuatro intentos de asesinato, Alejandro II, fue asesinado en San Petersburgo el 13 de marzo de 1881 por una bomba, cuando tenia 68 años.