José Alfonso Eufemio Nicolás de Jesús García Robles nació en Zamora, México, el 20 de marzo de 1911. Estudió derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México y más tarde viajó a Europa y obtuvo un posgrado en el Instituto de Estudios Superiores de la Universidad de París. También se graduó en la Academia de Derecho Internacional de Holanda.
En 1939 García Robles se convirtió en miembro del servicio exterior de su país, trabajando primero como secretario de la delegación mexicana en Suecia. En 1945 fue delegado de México en la Conferencia de San Francisco, una cumbre mundial involucrada en la fundación de las Naciones Unidas. Como resultado de sus esfuerzos en esta importante conferencia, obtuvo un puesto en la Secretaría de las Naciones Unidas durante varios años.
A fines de los años cincuenta fue director general del Ministerio de Relaciones Exteriores de México. En este cargo desempeñó un importante papel en las conferencias de su país sobre el Derecho del Mar. En 1962 fue nombrado Embajador de México en Brasil donde conoció una propuesta que pretendía prohibir el uso de armas nucleares en América Latina. La propuesta se originó en la ansiedad creada durante la crisis de los misiles cubanos de 1962, cuando Estados Unidos, Cuba y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) participaron en un enfrentamiento que muchos temían conduciría a una guerra nuclear.
A raíz de la crisis, García Robles persuadió al gobierno mexicano de apoyar el plan propuesto de no proliferación nuclear en América Latina. Abogó incansablemente por esta posición durante varios años, tras lo cual, sus esfuerzos resultaron en el Tratado de Tlatelolco en 1967.
Desde 1964 García Robles había sido subsecretario de asuntos exteriores del presidente mexicano Gustavo Díaz Ordaz. Desde esta posición, fue capaz de defender efectivamente la causa del desarme nuclear internacional -especialmente el desarme para América Latina- y esto condujo directamente a su papel clave en la formación del Tratado de Tlateloco. Su papel en la creación de una América latina libre de armas nucleares fue muy importante; por sus esfuerzos tan integrales a la causa, se le conoció como el "padre" del tratado de Tlatelolco. Este acuerdo, que se concluyó el 12 de marzo de 1967. Aunque el acuerdo fue finalizado, el objetivo final no se concretó hasta el siguiente siglo; varios países latinoamericanos, entre ellos Brasil y Argentina, firmaron el acuerdo, pero nunca lo implementaron. Sin embargo, 22 países de esa parte del mundo prohibieron armas nucleares en sus territorios como resultado de sus esfuerzos.
El Tratado de Tlatelolco fue el mayor logro de la distinguida carrera de García Robles. En total, las negociaciones duraron cuatro años y se concluyeron en la Plaza Tlatelolco en la Ciudad de México. El rol de García Robles finalmente lo llevó a recibir el Premio Nobel en 1982. El comité del Premio Nobel reconoció los numerosos esfuerzos del diplomático mexicano por lograr el desarme nuclear en todo el mundo. En 1968 ayudó a redactar el Tratado sobre la no proliferación de armas nucleares.
A finales del siglo XX, García Robles se convirtió en un importante actor diplomático en asuntos mundiales. De 1971 a 1975 fue representante permanente de México ante las Naciones Unidas y de 1974 a 1975 fue presidente de la delegación de México en la Asamblea General. Durante este tiempo también ocupó el cargo de director de la División de Asuntos Políticos de la Secretaría de las Naciones Unidas, actuando como secretario principal del Comité Especial sobre Palestina.
En 1975 se convirtió en secretario de Relaciones Exteriores de México, cargo que desempeñó durante dos años. Esa posición se transformó en algo más grande cuando, en 1977, se convirtió en representante permanente de su país ante el comité de desarme de la ONU, con sede en Ginebra, Suiza.
Durante la sesión de la ONU sobre el desarme nuclear general, celebrada en Ginebra en 1978 -la primera sesión de este tipo- García Robles se hizo conocido y respetado por su diplomacia paciente y hábil en ayudar a frenar una carrera armamentista mundial que, en ese momento, se había acercado a niveles alarmantes. Fue en gran parte debido a sus incansables esfuerzos que la Asamblea General de la ONU aprobó el "Documento Final" que resultó de la sesión.
En 1977 publicó 338 Días de Tlatelolco, un libro que documenta la creación y adopción del acuerdo no nuclear latinoamericano. Fue uno de varios libros sobre asuntos internacionales que publicaría durante su carrera.
Al presentarle el Premio Nobel de la Paz de 1982, el comité del Nobel declaró que la principal contribución de García Robles fue ayudar a crear el acuerdo que convirtió a América Latina en una zona libre de armas nucleares. También reconoció sus otros esfuerzos, citando al diplomático por "no sólo... casi 20 años de trabajo en el desarme, sino también la vindicación de las virtudes de la negociación paciente y metódica". García Robles compartió el premio con la sueca Alva Myrdal, ex ministra, diplomática y escritora, cuyos esfuerzos en pro del desarme nuclear mundial coincidían con los suyos.
Después de su premio,
García Robles y Myrdal trabajaron juntos en otro importante esfuerzo por la paz mundial: la creación del
Grupo Contadora, creado en 1983 para hacer frente a la situación altamente volátil en Centroamérica. Los objetivos principales del grupo fueron poner fin a los terribles sufrimientos de la población centroamericana debidos a los conflictos militares en curso; reconocer los derechos humanos básicos de todos los ciudadanos; y ayudar a resolver una crisis local antes de que pudiera afectar negativamente la paz global. La idea del grupo fue desarrollada por otro Premio Nobel: Gabriel García Márquez, el escritor colombiano que recibió el premio a la literatura. También contribuyó a la creación del grupo el Primer Ministro sueco
Olof Palme. Juntos, los fundadores del Grupo Contadora llamaron a los presidentes de Colombia, México, Venezuela y Panamá a mediar en el conflicto centroamericano.
En 1983, los ministros de Relaciones Exteriores de estos países se reunieron en la isla de Contadora y acordaron combinar sus esfuerzos en el Acta de Contadora sobre Paz y Cooperación en Centroamérica. En 1985 Argentina, Brasil, Perú y Uruguay organizaron grupos para apoyar a los asesores del Grupo Contadora. Ese mismo año, el Grupo recibió el Premio Simon Bolívar.
En 1990 se estableció la beca Fulbright-García Robles en honor de García Robles y del senador estadounidense J. William Fulbright para ayudar a ciudadanos mexicanos y estadounidenses.
García Robles falleció al año siguiente el 2 de septiembre de 1991, en la Ciudad de México, México. Después de su muerte, su viuda, Juanita García Robles, regaló la biblioteca personal de su marido, de 1.100 volúmenes, a la Universidad de Virginia. En agradecimiento a la donación, la universidad o0rganizó una exhibición para homenajearlo. La exhibición incluyó documentos, artículos y fotos y destacó el Premio Nobel de la Paz.