Anatoly Karpov

De pequeño, Karpov se mudó a Leningrado (ahora San Petersburgo) con su familia y, siendo un niño prodigio, aprendió a jugar al ajedrez a la edad de cuatro años y fue calificado como jugador de primera categoría cuando tenía nueve años. En 1969 ganó el campeonato mundial juvenil en Estocolmo, y un año después, a los 19 años, se convirtió en el Gran Maestro más joven del mundo. 

Una serie casi ininterrumpida de éxitos en torneos durante 1971-74 lo convirtió en el retador oficial de Bobby Fischer de los Estados Unidos, en el campeonato mundial de ajedrez de 1975. Karpov se convirtió en campeón mundial ese año cuando Fischer se negó a jugar un partido con él en las condiciones establecidas por la organización oficial de ajedrez mundial, la Fédération Internationale des Échecs (FIDE). Karpov retuvo por poco su título contra el desertor soviético Viktor Korchnoi en 1978 y venció a Korchnoi nuevamente en 1981.

Karpov defendió su título contra su compatriota Garry Kasparov en 1984-85. Karpov obtuvo una ventaja dominante al principio de la serie, pero finalmente Kasparov se recuperó. El partido se convirtió en un concurso de resistencia agotador que se extendió a 48 juegos antes de que se detuviera con el argumento de que ambos jugadores estaban agotados. En su revancha durante 1985, Karpov perdió su título ante Kasparov después de haber jugado 24 juegos.

Karpov recuperó el título de campeón mundial de ajedrez de la FIDE en 1993 después de que Kasparov dejara la FIDE para formar una organización rival. En respuesta, la FIDE despojó a Kasparov de su título, que Karpov recuperó al derrotar al jugador holandés Jan Timman en un partido por el campeonato FIDE. Karpov defendió su título FIDE en 1998, devolviendolo a Viswanathan Anand de la India. Al año siguiente, Karpov se negó a defender su título en el torneo de eliminación del campeonato mundial FIDE en Las Vegas, Nevada, que fue ganado por Alexander Khalifman de Rusia.

Aunque delgado y de pequeña estatura, Karpov tenía un notabl poder de resistencia. Su estilo de juego prácticamente no tenía debilidades; tendía a preferir el juego posicional al juego táctico, acumulando inexorablemente ventajas mínimas a través de maniobras impecables para lograr la victoria final. Su libro Los mejores juegos de Anatoly Karpov (1996) ofrece a los lectores una colección anotada de sus juegos y sus observaciones sobre el mundo del ajedrez.