Andreas Gryphius nacido el 2 de octubre de 1616 en Glogau, Silesia (ahora Glogów, Polonia); fue un poeta lírico y dramaturgo, entre los más importantes escritores de Alemania en el siglo XVII.
Gryphius (el apellido Greif estaba latinizado a la moda de los tiempos) quedó huérfano de niño, y los horrores de la Guerra de los Treinta Años pronto echaron una sombra sobre su inestable infancia. Refugiado en su ciudad natal, fue educado en varios lugares, revelándose en el proceso un brillante erudito. Coronado poeta laureatus por el conde Georg von Schönborn, de cuyos hijos él era tutor, Gryphius fue a Leiden y se quedó allí seis años, como estudiante y maestro. Después de largos viajes a Holanda, Francia e Italia, finalmente regresó a Silesia en 1647 y, en 1650, asumió el importante puesto administrativo de sindico en Glogau, cargo que ocupó hasta su muerte el 16 de julio de 1664.
La reputación literaria de Gryphius aumentó enormemente durante el siglo XX. Sus obras se caracterizan por una profunda sensación de melancolía y pesimismo, y se entrecruzan con una ferviente tensión religiosa que, frente a la transitoriedad de las cosas terrenales y a la lucha por la supervivencia en la Alemania devastada de la época, bordea la desesperación.
Escribió cinco tragedias: Leo Armenius (1646), Catharina von Georgien, Carolus Stuardus y Cardenio und Celinde (todas impresas en 1657), y Papinianus (1659). Estas obras tratan temas de estoicismo y constancia religiosa hasta el martirio, del gobernante cristiano y del tirano maquiavélico, y de la ilusión y la realidad, un tema que utiliza con efecto revelador en el fondo de clase media de Cardenio und Celinde. El tema de la ilusión y la realidad es fundamental en sus tres comedias, las mejores de las cuales son Die geliebte Dornrose (1660, The Beloved Hedgerose) y Herr Peter Squentz (1663).
La poesía lírica de Gryphius cubre una amplia gama de formas de verso y se caracteriza por una maestría y seguridad técnica y una representación de las emociones humanas en la adversidad, la sinceridad y el poder compulsivo que lo marcan, sobre todo en sus sonetos, como un gran poeta.