Andrés Segovia

Su gran mérito fue el de haber resucitado una enorme literatura antigua, por no hablar de la adaptación de la música de laúd del Renacimiento o la comisión de músicas completamente nuevas.

Español de Linares (Andalucía), Andrés Segovia Torres, I marqués de Salobreña nació el 21 de febrero de 1893. Su tío y su tía, que lo criaron desde que tenía dos años, querían que fuera abogado, pero él siempre soñó con convertirse en guitarrista. 
Empezó a tocar la guitarra a la edad de seis años. Su tío solía cantarle canciones y él fingía rasguear una guitarra imaginaria en su regazo.  A los diez años, sus tíos se trasladaron a Granada, donde recibió su educación formal. También adquirió su primera guitarra.Su primera experiencia con la música de guitarra clásica fue en una actuación del guitarrista flamenco, Gabriel Ruiz de Almodóvar.

Aunque se cree que su primer instrumento fue el violonchelo, no tardó mucho en pasar al estudio de la guitarra instrucción que recibió de varios maestros privados; sin embargo, la originalidad de su enseñanza, y las consecuencias decisivas que han tenido en la técnica de la guitarra moderna, se puede decir que no provienen de ninguna escuela. El propio Segovia declaró en varias ocasiones,  y con legítimo orgullo, que "se había hecho a sí mismo", de haber sido al mismo tiempo maestro y estudiante. Y sólo un genio podría haber alcanzado los resultados que obtuvo Segovia como autodidacta.

La gran aventura del guitarrista andaluz comenzó a la edad de 16 años, en Granada en 1909, y desde la antigua ciudad española conquistó todos los continentes, sobre todo a partir de su debut en París en 1924, que lo consagró como  intérprete de renombre internacional. Segovia transitó su carrera marcando una serie de triunfos nunca recibidos por otro guitarrista.

Después de algunos años, dio su primer concierto profesional en Madrid. La mayoría de sus interpretaciones fueron de las obras de Francisco Tárrega y algunas de ellas eran sus propias transcripciones para guitarra de Johann Sebastian Bach. En los siguientes años, realizó numerosos conciertos: en Madrid en 1912, en el Conservatorio de París en 1915 y en Barcelona en 1916. También hizo una exitosa gira por América del Sur en 1919. En 1923, dio un concierto en México por primera vez.  

En 1928, se organizó su primer viaje a los Estados Unidos donde trabó amistad con Heitor Villa-Lobos, el compositor brasileño, quien en los años postriores le comprondría numerosas piezas musicales. En 1932, se hizo amigo del compositor Mario Castelnuovo-Tedesco en Venecia, quien compuso muchas obras en años posteriores y dedicó la mayor parte de ellas a Segovia.  

En 1935, dio su primera actuación pública de la Chacona de Bach, recibiendo un amplio reconocimiento. Posteriormente, se trasladó a Montevideo y continuó actuando en numerosos conciertos en América del Sur durante la década de 1930 y principios de 1940.  

Después de la II Guerra Mundial, comenzó a grabar con más frecuencia y con regularidad recorrió Europa y los EE.UU., durante los siguientes 30 años de su vida.  

Continuó actuando en su vejez, que vivió en semi-retiro en la Costa del Sol. Dio clases magistrales a lo largo de su carrera; durante el verano de 1986, fue profesor de clases magistrales por última vez en la Universidad del Sur de California en Los Angeles.

El 2 de junio de 1987, a la edad de 94 años, murió en Madrd este excepcional artista, uno de los más grandes músicos del siglo XX. Él no sólo se enseñó a sí mismo y sus estudiantes, sino que indirectamente enseñó e influyó en miles de guitarristas de todo el mundo y por eso es considerado como el padre de la guitarra clásica.

En su vida personal  tuvo varios matrimonios y un hijo, Carlos Andrés, nacido en 1970, fruto de su matrimonio con Emilia Magdalena Corral Sancho.

A Andrés Segovia se le atribuye haber dignificado la guitarra clásica como legítimo instrumento de concierto con su notable convicción y personalidad influyente.  

Él influyó en una generación de guitarristas clásicos que se construyeron en su técnica y sensibilidad musical. Fue capaz de popularizar la guitarra con la ayuda de los nuevos avances tecnológicos, como la grabación, la radio, y el transporte aéreo.  

Fue uno de los primeros artistas en apoyar el uso de cuerdas de nylon en lugar de las cuerdas de tripa en las guitarras. Este nuevo desarrollo permitió una mayor estabilidad en la entonación.

Tampoco se deben olvidar las sublimes, inolvidables y totalmente idiomáticas transcripciones, que el gran guitarrista realizó de piezas de piano de sus coterráneos Albéniz y Granados, tanto así que, a primera vista, parecían músicas escritas específicamente para el esbelto instrumento de seis cuerdas (y muchos todavía hoy lo siguen pensando).