Aniceto Arce

Arce nació en la ciudad de Tarija el 15 de abril de 1824, aunque realizó sus estudios de abogacía y residió la mayor parte de su vida en Sucre, donde se convirtió en uno de los principales magnates de las minas de plata del país. Partidario de Linares y del gobierno constitucionalista, sirvió en el Congreso durante la década de 1870 hasta la época de la dictadura Daza.

A diferencia de otros capaces líderes de su tiempo, Arce no se alistó para servir cuando se desarrolló la Guerra del Pacífico en 1879. De hecho, se convirtió en una de las voces más acomodaticias en el espectro político, tal vez debido a sus importantes relaciones comerciales con Chile, donde vendía gran parte de su plata, invirtía sus ganancias, y buscaba financiación para sus proyectos. 

Su posición era que el Litoral, por diversas y lamentables razones, era en gran parte indefendible; por lo tanto, su país debía reducir sus pérdidas y buscar una alianza con Chile y no con Perú. A pesar de esta posición minoritaria, lo que con mayor claridad resonó en los oídos de la mayoría de los bolivianos, fue el firme llamado de Arce para establecer un orden democrático conservador, donde primara la ley, se mantuvieran elecciones ordinarias, y el gobierno estuviera formado por iluminadas élites pro-empresariales como él mismo. Con este fin, fundó el Partido Conservador, participó activamente en el Congreso de 1880 que derrocó a Hilarión Daza, y participó en la redacción de la nueva Constitución del país. Por otra parte, accedió a convertirse en vice-presidente de Narciso Campero en el crucial período de construcción nacional, entre 1880 y 1884.

Al principio, sin embargo, la postura pro-Chile del vicepresidente Arce se vió enfrentada con las del patriótico Presidente y general retirado, que estaba a favor del rearme y una ofensiva diplomática sostenida contra Chile, que condujera a una mediación del conflicto, caso contrario a una reinserciones de las tropas bolivianas en ayuda del Perú. Arce, como se ha explicado, estaba a favor de una política "realista" a fin de que Bolivia reconociera que había realmente perdido el acceso al Pacífico, y que lo mejor que podía hacer era llegar a un "modus vivendi" con Santiago, incluso si esto significaba el abandono de la alianza hasta ahora sacrosanta con Lima. 

El Presidente Campero tomó esto como un signo de traición y en 1881 expulsó a Arce, su vicepresidente hasta entonces, mandándolo al exilio.

Con el tiempo, se limpió el nombre de Arce y se le permitió regresar al país. Inmediatamente Arce se presentó como candidato por el partido conservador, a las elecciones presidenciales de mayo de 1884, las primeras bajo la nueva constitución y desde el año 1873. Arce esperaba ganar, pero perdió por muy poca diferencia ante el candidato Gregorio Pacheco, un hombre aún más rico que Arce y el mayor filántropo del país, que se había presentado con una plataforma apolítica de "administración eficiente." Siendo ambos privilegiados empresarios de las minas de plata, que compartían una filosofía pro-empresarial conservadora, llegaron a un acuerdo por el cual, Pacheco aceptaba convertirse en presidente con Arce como su vicepresidente y comprometiéndose Pacheco a apoyar al candidato del partido conservador en las elecciones de 1888.

Tal como se había acordado, el Presidente Pacheco apoyó a Arce en las elecciones de 1888. Es así como Arce, el caudillo del Partido Conservador, por fin llegó a ser Presidente en agosto de 1888, a la edad de 64. Arce gobernó en una forma incluso más represiva que la de Pacheco, aunque también consolidó muchos avances, incluyendo la finalización de la primera línea ferroviaria intra-boliviana (que va desde la frontera con Chile hasta Oruro) y la electrificación de varias ciudades de Bolivia. También promulgó una nueva serie de modernas leyes de inversión bancaria. 

Descaradamente pro-capitalista, devoto de un sistema de libre-empresa prácticamente desregulado, y pro-inserción en la economía internacional bajo la égida de la inversión extranjera, Arce se enfrentó a muchas rebeliones proliberales pero de alguna manera se las arregló para mantenerse en el poder, por la fuerza de su personalidad asertiva. Terminó su mandato y en 1892 pasó el mando a otro conservador, su suplente y vice-presidente Mariano Baptista.

En ese punto Aniceto Arce aparentemente se retiró de la política (tenía 68 años de edad), aunque se desempeñó como asesor no oficial pero muy importante para los presidentes conservadores Baptista (1882-1886) y Fernández-Alonso (1896-1899). Fue devuelto forzosamente a a la escena política en el cambio de siglo, cuando sufrió persecución política a manos del odiado Partido Liberal, que finalmente se había apoderado del poder en la así llamada Guerra Civil de 1899. 

Sorprendentemente, al anciano Arce se le permitió presentarse como candidato a la Presidencia en las elecciones de 1904, presumiblemente porque ya tenía 80 años, era poco popular, y por lo tanto facilmente vencible. Estando el partido que él había fundado, desmoralizado, vilipendiado, y acéfalo, el combativo Arce aceptó el difícil reto de correr en contra del popular candidato oficial liberal, Ismael Montes. Arce fue derrotado, perdiendo por un amplio margen, el mayor en la historia electoral de Bolivia hasta ese momento. 

El ex presidente regresó al retiro en su amplia finca rural, donde murió 2 años más tarde, en 1906, a la edad de 82 años. Es bien recordado por su temperamento enérgico y su firme posición a favor de un orden civil democrático (aunque oligárquico); y por haber sentado las bases para el funcionamiento de un sistema moderno de partidosen su país.