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Nació: | 02 Febrero 1862 | España |
Falleció: | 08 Enero 1932 |
Signo del zodiaco: | Aquario |
Nacido entre las localidades de Porto Cristo y Manacor proveniente de una familia de labradores de clase media, estudió a los clásicos y latín. Con quince años fue enviado a Palma de Mallorca para estudiar en su seminario, en el que se dio a conocer como un polemista apasionado.
Sus primeros contactos con el mundo de las letras fueron en castellano, pero más tarde quiso reunir en el catalán de la isla todas las fábulas populares.
En Manacor fue nombrado vicario y dos años más tarde se hizo con la Cátedra de Historia Eclesiástica del Seminario de Palma de Mallorca, para pasar a ser Canónigo de la Sede de Mallorca.
Por su propia iniciativa y bajo su propia presidencia se celebró el Primer Congreso Internacional sobre la Lengua Catalana, y fue nombrado presidente de la sección lingüística del Instituto de Estudios Catalanes, aunque la relación con el Instituto duró poco tiempo y abandonó el cargo como consecuencia de una fuerte disputa que mantuvo con sus miembros.
Su labor literaria estuvo siempre encaminada a la investigación de la lengua y su historia, así como a las costumbres populares y el folclore de su región, además de polemizar sobre distintos temas. Una de las obras más importantes que asumió fue la de recopilar en un diccionario todo el conjunto filológico de la lengua catalana en todas sus variantes, comenzando la creación del Diccionario Catalán – Valenciano – Balear, aunque él no pudo ver terminado el trabajo y fue uno de sus colaboradores quien acabó la realización de esa labor.
A pesar de sus costumbres críticas y sus prejuicios religiosos y morales, la colección de toda su obra constituye una serie con una gran importancia para llegar a comprender y conocer el mundo de las leyendas y los cuentos de la cultura tradicional ibérica. Entre ellos también hay una obra que él mismo no pudo ver terminada, una colección de 24 libros dedicada a las rondallas mallorquinas, cuentos de tradición oral que han ido pasando de padres a hijos a lo largo de toda la historia en Mallorca, reuniendo en cada uno de los volúmenes datos previos a su lectura, como quién fue la persona que contó la historia, si fueron varios quienes la contaron y si esos varios eran de distintos o del mismo pueblo. También fue una obra que acabó uno de los muchos colaboradores con los que contó Alcover.