Antonio Rosmini-Serbati, nacido el 24 de marzo de 1797 en Rovereto, fue un filósofo religioso italiano y fundador del Instituto de la Caridad o Rosminianos, una organización religiosa católica romana para el trabajo educativo y caritativo.
Rosmini, hijo de una familia noble, estudió filosofía en Padua antes de ser ordenado en 1821. En sus escritos y actividades en apoyo del movimiento nacionalista italiano, participó en una renovación de la filosofía italiana que, aunque tuvo poco impacto fuera de Italia, Fue de gran importancia allí.
Influenciada por Maddalena di Canossa, fundadora de las Hijas de la Caridad, Rosmini organizó en 1828 el Instituto de la Caridad en Domodossola. Siguiendo el modelo de la regla de los jesuitas, la orden requería absoluta devoción a la iglesia y estricta obediencia a los superiores; fue aprobada por el papa Gregorio XVI en 1839.
Los escritos filosóficos de Rosmini, comenzando con Nuovo saggio sull'origine delle idee, 3 vol. (1830; El origen de las ideas), lo envolvió en controversias teológicas a lo largo de su vida. Su filosofía intentó reconciliar la teología católica con el pensamiento político y social moderno. El centro de su sistema filosófico es el concepto de ser ideal, que es un reflejo de Dios en la humanidad; el ser ideal participa en la verdad eterna y, por lo tanto, es el medio indispensable para adquirir, a través de los sentidos, todo otro conocimiento. Además de servir como criterio supremo de verdad y certeza en la lógica, el ser ideal es también la base del concepto de la dignidad de la persona humana en la ley y en la política.
Rosmini dio la bienvenida al movimiento nacionalista italiano, pero fue muy crítico con sus tendencias anticlericales y anticatólicas. En 1848 entró en estrecha asociación con el Papa Pío IX, y después del estallido de la revolución romana, acompañó al papa al exilio en noviembre de 1848. Sin embargo, en 1849, dos de sus obras que proponían reformas eclesiásticas se incluyeron en el Índice de libros prohibidos.
Rosmini se sometió a la autoridad papal y se retiró a Stresa. Sin embargo, en el año anterior a su muerte, después de nuevos ataques y escrutinio papal, todas sus obras fueron declaradas aceptables para leer.