Benigno Aquino

Su ambición y energía se destacaron temprano cuando, a los diecisiete años, fue enviado por el periódico Manila Times para informar sobre la Guerra de Corea (1950–53). 

A los veintidós años, Aquino se convirtió en el alcalde más joven de Filipinas, en su ciudad natal de Concepción. Apenas seis años después, se convirtió en gobernador de la provincia de Tarlac. En 1967, Aquino una vez más hizo historia cuando se convirtió en el senador más joven elegido en Filipinas. Mientras tanto, se casó con Corazón Cojoangco, con quien eventualmente crió cinco hijos.

Aquino se hizo famoso por sus dones como orador público y por su mente brillante, así como por su gran ambición. Se convirtió en el principal candidato a la presidencia en 1973, cuando el presidente Ferdinand Marcos tenía previsto abandonar el cargo después de completar los dos mandatos máximos como presidente. Sin embargo, la ambición de Aquino de ser presidente nunca se realizó, porque el presidente Marcos declaró la ley marcial. Al mismo tiempo, Marcos disolvió la constitución, reclamando el poder supremo y encarcelando a sus oponentes políticos, incluido Aquino. 

Aquino fue acusado de asesinato, subversión y posesión ilegal de armas de fuego. A pesar de que negó los cargos, fue declarado culpable y fue condenado por un tribunal militar, pasando más de siete años en prisión. En 1980 se le permitió ir a los Estados Unidos para una operación de bypass de corazón. Permaneció en los Estados Unidos como refugiado hasta regresar a las Filipinas el 21 de agosto de 1983. Al llegar al aeropuerto de Manila, recibió un disparo y murió.

Tras el asesinato, se presionó al presidente Marcos para que designara una junta investigadora políticamente neutral de cinco personas, dirigida por el juez Corazon Agrava. Marcos y los militares declararon que un solo pistolero, que había sido contratado por el Partido Comunista, había llevado a cabo el asesinato. El presunto pistolero, quien recibió un disparo en el aeropuerto inmediatamente después de tirotear a Aquino, no pudo ser interrogado. Los militares llevaron a cabo su propia investigación e informaron que no hubo personal militar involucrado en la muerte.

El informe mayoritario de la comisión oficial encontró que Aquino no fue asesinado por el presunto pistolero, como afirmaban Marcos y el ejército, sino que fue víctima de una "conspiración criminal" por parte del ejército dirigido por el general Fabian C. Ver, jefe de las fuerzas armadas e íntimo amigo y primo del presidente Marcos. Los hallazgos de la comisión fueron asombrosos, aunque desde el principio la mayoría de los filipinos dudaron de la versión oficial del asesinato. Nunca se presentaron pruebas que mostraran directamente que Marcos estuviera involucrado, pero casi nadie en Filipinas creía que los generales militares ordenaran la ejecución de Aquino por su cuenta. Aquellos que sospecharon la participación de Marcos notaron que Aquino representaba una amenaza como alguien que podría unir a la oposición y que había sido el principal rival del presidente durante décadas.

Al final resultó que la oposición democrática a Marcos fue más fuerte después de la muerte de su líder. Cuando Marcos perdió la confianza de su gente, la economía filipina también se derrumbó. Para 1985, la nación estaba en un caos político y económico, con Marcos bajo el ataque de la prensa y el fortalecimiento de la oposición política, que tuvo buenos resultados en las elecciones.

En diciembre de 1985, el tribunal proclamó que el general Ver y los demás acusados del asesinato de Aquino no eran culpables. Marcos rápidamente devolvió a Ver a su posición anterior. Sin embargo, el malestar popular con el gobierno de Marcos creció constantemente. En pocas semanas se formó un movimiento político alrededor de la viuda de Aquino, Corazón Aquino, que fue elegida presidenta de Filipinas en 1986, derrocando a Marcos.