Cardenal Richelieu

Padre de cinco hijos junto con su esposa Susana de La Porte, murió prematuramente, dejando a la viuda la carga de la crianza de sus hijos, todos muy pequeños. François du Plessis no tuvo, por tanto, la oportunidad de asistir a la gran rehabilitación que el nombre de su familia pudo disfrutar gracias a su tercer hijo, Armand-Jean, que de niño pobre y huérfano (perdió a su padre con tan sólo cinco años), se convertiría en una importante figura que infundía un gran respeto, admiración e in cluso temor, en la diplomacia de media Europa.

Armand-Jean du Plessis, conocido históricamente como el Cardenal Richelieu, nació en París el 9 de septiembre de 1585; gracias a los méritos paternos pudo estudiar en el Colegio de Navarra e inmediatamente después, se inclinó por la vida militar; sin embargo, un factor inesperado intervino para cambiar su perspectiva de la vida y también su carrera: su hermano Alphonse, quien había tomado los votos para convertirse en obispo de Lucon - según un antiguo privilegio de la familia - cayó gravemente enfermo hasta el punto de no poder ocuparse de nada. Para no perder ese beneficio, Armand debió a toda prisa abandonar su uniforme y, con un poco de ayuda forzada por el Papa y el Rey, sustituyó a su hermano, vistiendo así los hábitos religiosos.

Con tan sólo 21 años, por lo tanto, fue ordenado obispo y, a pesar de su corta edad, logró destacarse por el rigor que impuso de inmediato al clero de su diócesis. También se comprometió a dar un nuevo impulso a las misiones e iniciar una campaña de conversión de los hugonotes, como se llamaba los protestantes calvinistas franceses.

Ocho años más tarde, en 1614, con su nombramiento como delegado a la Asamblea General consiguió hacerse  apreciar por sus habilidades diplomáticas, actuando para distender las tensas relaciones entre la nobleza y el clero, consiguiendo así la buena voluntad de María de Médicis, viuda de Enrique IV y regente en nombre de su hijo Luis XIII, y de su brazo derecho Concini. Gracias a ellos en 1616, Richelieu fue nombrado Secretario de Estado de Guerra y Asuntos Exteriores. Pero la reina madre y su hombre de confianza eran muy odiados por la nobleza y por el mismo Luis XIII que, apoderándose del poder en 1617, mandó asesinar al hombre y envió a la mujer lejos de París.

Richelieu siguió a María a Blois y se mantuvo cerca de ella, consiguiendo, en 1620, reconciliarla con el rey, su hijo. De vuelta en París, ella abogó en favor de Richelieu al soberano, que le obtuvo, en 1622, el nombramiento de cardenal y, dos años más tarde, lo llamó para formar parte del consejo como primer ministro: a partir de ese momento, su prestigio iría continuamente en aumento, hasta convertirse en árbitro de la política francesa.

Decidido a restituir a Francia un papel de liderazgo en Europa a través del redimensionamiento de los Habsburgo, comprendió que primero debía consolidar el poder interno, eliminando toda resistencia al absolutismo monárquico. En 1628 se impuso a los hugonotes con la victoria de La Rochelle, su capital, y neutrolizó las conspiraciones de Gastón de Orleans, hermano del rey, y su esposa Ana de Austria; en esta obra de represión, el cardenal Richelieu no dudó en hacer decapitar a algunos nobles rebeldes, empujando a la misma reina madre, ahora en abierto desacuerdo con las políticas del cardenal, a huir de Francia.

Habiendo eliminado a los enemigos internos, en 1629 se puso personalmente a la cabeza del ejército e intervino en la guerra de sucesión de Mantua y Monferrato, poniendo en el trono ducal al francés Nevers, y dando así un primer golpe al Sacro Imperio Romano, además de a España. 

En 1635 entró en la "Guerra de los Treinta Años" transformándolo, de un conflicto religioso entre católicos y protestantes, en una guerra por la hegemonía europea entre el Imperio de los Habsburgo y Francia. Trece años más tarde, en 1648, las hostilidades cesarían con la Paz de Westfalia: el imperio de los Habsburgo se derrumbó, transformándose en varios estados independientes, y el pleno éxito de los planes de Richelieu, que había muerto hacía algunos años, sería claramente reconocido.

El genio, pero también el intenso cinismo de Richelieu en la búsqueda de las razones supremas del absolutismo, lo convirtieron en los últimos años, en uno de los hombres más temidos y odiados tanto en Francia como en el extranjero.

Armand-Jean du Plessis, el Cardenal Richelieu murió a los 57 años en París, el 4 de diciembre de 1642.

Fundador de la Academia de Francia, mecenas y un estadista con visión de futuro, poco antes de su muerte recomendó al rey que eligiera como su sucesor al Cardenal Mazarino, a quien ya había impartido una serie de directivas a través de las cuales el nuevo rey, Luis XIV podría reinar sobre una Francia renovada, militar y económicamente fuerte, y con un papel político internacional de gran prestigio, que le ganaría el apodo de "Rey Sol".