Christiaan Huygens

Huygens pertenecía a una familia adinerada y distinguida de clase media. Su padre, Constantijn Huygens, diplomático, latinista y poeta, fue amigo y corresponsal de muchas figuras intelectuales destacadas de la época, entre ellas el científico y filósofo René Descartes. Desde temprana edad, Huygens mostró una marcada inclinación por la mecánica y talento para el dibujo y las matemáticas. Algunos de sus primeros esfuerzos en geometría impresionaron a Descartes, quien ocasionalmente visitaba la casa de los Huygens. 

En 1645 ingresó a la Universidad de Leiden, donde estudió matemáticas y derecho. Dos años más tarde ingresó en el Colegio de Breda, en medio de una furiosa controversia sobre la filosofía de Descartes. Aunque Huygens más tarde rechazó algunos de los principios cartesianos, incluida la identificación de la extensión y el cuerpo, siempre afirmó que las explicaciones mecánicas eran esenciales en la ciencia, un hecho que luego tuvo una influencia importante en su interpretación matemática de la luz y la gravitación.

En 1655, Huygens visitó por primera vez París, donde su distinguida filiación, riqueza y afable disposición le permitieron ingresar en los más altos círculos intelectuales y sociales. Durante su siguiente visita a París en 1660, conoció a Blaise Pascal, con quien ya había estado en correspondencia sobre problemas matemáticos. Huygens ya había adquirido una reputación europea por sus publicaciones en matemáticas, especialmente su De Circuli Magnitudine Inventa de 1654, y por su descubrimiento en 1659 de la verdadera forma de los anillos de Saturno, hecho posible por las mejoras que había introducido en la construcción del telescopio, con su nuevo método de amolar y pulir lentes. 

Utilizando su telescopio mejorado, descubrió un satélite de Saturno en marzo de 1655 y distinguió los componentes estelares de la nebulosa de Orión en 1656. Su interés, como astrónomo, en la medición precisa del tiempo lo llevó a descubrir el péndulo como un regulador de los relojes, como se describe en su Horologium (1658).

En 1666 Huygens se convirtió en uno de los miembros fundadores de la Academia Francesa de Ciencias, que le concedió una pensión más generosa que la de cualquier otro miembro y un apartamento en su edificio. Además de ocasionales visitas a Holanda, vivió entre 1666 y 1681 en París, donde conoció al matemático y filósofo alemán Gottfried Leibniz, con quien mantuvo una amistad durante el resto de su vida. 

El evento más importante de los años de Huygens en París fue la publicación en 1673 de su Horologium Oscillatorium. Ese brillante trabajo contenía una teoría sobre las matemáticas de las curvaturas, así como soluciones completas a problemas de dinámica tales como la derivación de la fórmula para el tiempo de oscilación del péndulo simple, la oscilación de un cuerpo sobre un eje estacionario, y la ley de la fuerza centrífuga para un movimiento circular uniforme. Algunos de los resultados se dieron sin pruebas en un apéndice, y las pruebas completas de Huygens no se publicaron hasta después de su muerte.

El tratamiento de los cuerpos giratorios se basó en parte en una ingeniosa aplicación del principio de que en cualquier sistema de cuerpos el centro de gravedad nunca podría surgir espontáneamente por encima de su posición inicial. Anteriormente, Huygens había aplicado el mismo principio al tratamiento del problema de las colisiones, para el cual había obtenido una solución definitiva en el caso de cuerpos perfectamente elásticos ya en 1656, aunque sus resultados permanecieron inéditos hasta 1669.

La dedicación un tanto elogiosa del Horologium Oscillatorium a Luis XIV prpovocó rumores contra Huygens en un momento en que Francia estaba en guerra con Holanda, pero a pesar de esto continuó residiendo en París. La salud de Huygens nunca fue buena, y sufría de enfermedades recurrentes, incluyendo una en 1670 que fue tan grave que por un tiempo perdió la esperanza de su propia vida.

Una grave enfermedad en 1681 lo impulsó a regresar a Holanda, donde tenía la intención de quedarse solo temporalmente. Pero la muerte en 1683 de su patrocinador, Jean-Baptiste Colbert, que había sido el principal consejero de Luis XIV, y la política cada vez más reaccionaria del Rey, que culminó en la revocación (1685) del Edicto de Nantes, que había concedido ciertas libertades a los protestantes, influyeron contra su regreso a París.

Huygens visitó Londres en 1689 y conoció a Sir Isaac Newton y dio una conferencia sobre su propia teoría de la gravedad ante la Royal Society. Aunque no participó en una controversia pública con Newton directamente, es evidente a partir de la correspondencia de Huygens, especialmente con Leibniz, que a pesar de su admiración por el ingenio matemático de Principia, consideraba a la teoría de la gravedad carente de cualquier explicación mecánica y fundamentalmente inaceptable. Su propia teoría, publicada en 1690 en su Discours de la cause de la pesanteur ("Discurso sobre la causa de la gravedad"), incluía una explicación mecánica de la gravedad basada en los vórtices cartesianos. 

El Traité de la Lumière (Tratado sobre la Luz) de Huygens, ya completado en gran parte en 1678, también se publicó en 1690. En él volvió a mostrar su necesidad de explicaciones mecánicas en su discusión sobre la naturaleza de la luz. 

Como matemático, Huygens tenía un gran talento más que un genio de primer orden. A veces encontraba dificultades para seguir las innovaciones de Leibniz y otros, pero fue admirado por Newton debido a su amor por los viejos métodos sintéticos. Durante casi todo el siglo XVIII, su trabajo tanto en la dinámica como en la luz quedó eclipsado por el de Newton. En la gravitación, su teoría nunca se tomó en serio y sigue siendo hoy solamente de interés histórico. Pero su trabajo en cuerpos giratorios y sus contribuciones a la teoría de la luz fueron de importancia perdurable. Olvidados hasta principios del siglo XIX, estos últimos aparecen hoy como una de las contribuciones más brillantes y originales a la ciencia moderna y siempre serán recordados por el principio que lleva su nombre. 

Los últimos cinco años de la vida de Huygens estuvieron marcados por la continua mala salud, aumentando los sentimientos de soledad y melancolía. Hizo las correcciones finales a su voluntad en marzo de 1695 y murió después de mucho sufrimiento meses después, ese mismo año.