Christian Friedrich Hölderlin

Friedrich Hölderlin nació en una pequeña ciudad de Suabia en el río Neckar. Su padre murió en 1772, y dos años después su madre se casó con el burgomaestre de la ciudad de Nürtingen, donde Friedrich asistió a la escuela. Pero su madre volvió a enviudar, en 1779, y se quedó sola para criar a su familia, que incluía a Friedrich, su hermana Heinrike y su medio hermano Karl. 

Su madre, hija de un párroco y una mujer de piedad simple y bastante estrecha, quería que Friedrich ingresara al servicio de la iglesia. Los candidatos para el ministerio recibian educación gratuita y, en consecuencia, fue enviado primero a las "escuelas del monasterio" (llamadas así desde la pre-Reforma) en Denkendorf y Maulbronn y posteriormente (1788-1793) al seminario teológico en la Universidad de Tübingen, donde obtuvo su maestría y calificó para la ordenación.

Sin embargo, Hölderlin no pudo entrar al ministerio. La teología protestante contemporánea, un compromiso incómodo entre la fe y la razón, no le ofrecía un anclaje espiritual seguro, mientras que la aceptación del dogma cristiano no era totalmente compatible con su devoción a la mitología griega, lo que le hizo ver a los dioses de Grecia como verdaderas fuerzas vivas cuya presencia se manifestaba. a los humanos en el sol y la tierra, el mar y el cielo. La tensión de la lealtad dividida siguió siendo una condición permanente de su existencia. Aunque no se sentía llamado a ser pastor luterano, Hölderlin tenía un fuerte sentido de vocación religiosa; para él, ser poeta significaba ejercer la función sacerdotal de mediador entre dioses y humanos.

En 1793, por recomendación de Friedrich Schiller, Hölderlin obtuvo el primero de varios puestos como tutor (en la mayoría de los cuales su desempeño no fue satisfactorio). Schiller se hizo amigo del joven también de otras maneras; en su periódico Neue Thalia, publicó parte de la poesía que Hölderlin había escrito, así como un fragmento de su novela Hyperion. Esta historia elegíaca de un luchador desilusionado por la liberación de Grecia quedó sin terminar. Hölderlin tenía un gran respeto por Schiller; lo volvió a ver cuando en 1794 dejó el puesto de tutor para mudarse a Jena. Sus primeros poemas revelan claramente la influencia de Schiller, y varios de ellos aclaman el nuevo mundo que la Revolución Francesa parecía prometer en sus primeras etapas: incluían himnos a la libertad, a la humanidad, a la armonía, a la amistad y a la naturaleza.

En diciembre de 1795, Hölderlin aceptó un puesto como tutor en la casa de J.F. Gontard, un rico banquero de Frankfurt. En poco tiempo, el nuevo tutor se enamoró profundamente de la esposa de su empleador, Susette, una mujer de gran belleza y sensibilidad, y le devolvió su afecto. En una carta a su amigo C.L. Neuffer (febrero de 1797), describió su relación como "una eterna y feliz amistad sagrada con un ser que realmente se ha extraviado en este miserable siglo". Susette aparece en sus poemas y en su novela Hyperion, cuyo segundo volumen apareció en 1799, bajo el nombre griego de "Diotima", una reencarnación del espíritu de la antigua Grecia. Su felicidad fue de corta duración; después de una dolorosa escena con el esposo de Susette, Hölderlin tuvo que abandonar Frankfurt (septiembre de 1798).

Aunque agitado física y mentalmente, Hölderlin terminó el segundo volumen de Hyperion y comenzó una tragedia, Der Tod des Empedokles (La muerte de Empédocles), cuya primera versión casi completó; fragmentos de una segunda y una tercera versión también han sobrevivido. Los síntomas de gran irritabilidad nerviosa alarmaron a su familia y amigos. Sin embargo, los años 1798–1801 fueron un período de intensa creatividad; además de una serie de odas nobles, produjo las grandes elegías "Menons Klagen um Diotima" ("El lamento de Menon por Diotima") y "Brod und Wein" ("Pan y vino"). En enero de 1801 fue a Suiza como tutor de una familia en Hauptwyl, pero en abril del mismo año regresó a Nürtingen.

A fines de 1801, una vez más aceptó un puesto como tutor, esta vez en Burdeos, Francia. Pero en mayo de 1802, después de solo unos meses en esta posición, Hölderlin dejó repentinamente Burdeos y viajó a pie a casa a través de. Francia. En su camino a Nürtingen recibió noticias de que Susette había muerto en junio; cuando llegó estaba completamente desamparado y sufría una etapa avanzada de esquizofrenia. Pareció recuperarse un poco como resultado del trato amable y gentil que recibió en casa. Los poemas del período 1802–06, que incluyen "Friedensfeier" (Celebración de la paz), "Der Einzige" (El único) y "Patmos", productos de una mente al borde de la locura, son apocalípticas visiones de grandeza única. 

También completó traducciones en verso de Antígona de Sófocles y Edipo Tyrannus, publicadas en 1804. En este año, un devoto amigo, Isaak von Sinclair, obtuvo para él el puesto de bibliotecario del conde Frederick V de Hesse-Homburg. Sinclair mismo proporcionó un salario modesto, y Hölderlin mejoró notablemente bajo su cuidado y compañía. En 1805, Sinclair (que se negó a creer que Hölderlin estaba loco) fue acusado falsamente de actividades subversivas y estuvo detenido durante cinco meses. Cuando fue liberado, Hölderlin había sucumbido irremediablemente y, después de un período en una clínica en Tübingen, lo trasladaron a la casa de un carpintero, donde vivió durante los siguientes 36 años.

Hölderlin ganó poco reconocimiento durante su vida y estuvo casi totalmente olvidado durante casi 100 años. No fue hasta los primeros años del siglo XX que fue redescubierto en Alemania y que su reputación como uno de los poetas líricos sobresalientes en idioma alemán se estableció en Europa. Hoy está clasificado entre los más grandes poetas alemanes, especialmente admirado por su estilo expresivo único: como nadie antes o desde entonces, logró naturalizar las formas del verso griego clásico en el idioma alemán. Con apasionada intensidad se esforzó por reconciliar la fe cristiana con el espíritu religioso y las creencias de la antigua Grecia; era un profeta de la renovación espiritual, del "regreso de los dioses", dedicado por completo a su arte, hipersensible y, por lo tanto, excepcionalmente vulnerable. Al final, su mente cedió ante las tensiones y frustraciones de su existencia.