Una de las más grandes representantes de la
gimnasia rítmica y artística a nivel mundial ha sido
Christina Renee Henrich, una jovencita cuya muerte trajo un revolucionario cambio en las normas para las participantes de esta disciplina en las olimpiadas.
Christina Renee Henrich, nació un
18 de julio de 1972 en los estados Unidos, se dedicó desde muy jovencita a la gimnasia moderna, luego a la rítmica y artística, para sus 14 años ya había recibido el entrenamiento por parte de
Al Fonf en el Great American Gimnasia Express. Luego ingresaría al equipo nacional de gimnasia y ganaría el quinto lugar en la división juniors del Campeonato nacional de los Estados Unidos.
Su agilidad la convirtió en la ganadora de la
medalla de plata en el Campeonato de los Estados Unidos en el año 1989. Luego representaría a su país en el
Campeonato Mundial en Stuttgart de 1989 y además fue reconocida como una de las mejores gimnastas en barras asimétricas, una disciplina con un alto nivel de dificultad.
Los problemas en ella se iniciaron cuando en una de las tantas competencias un juez en un torneo le dijo sin rodeos que debía
bajar de peso, pues al ser tan alta se le veía bastante tosca y no podía realizar bien algunas acrobacias. Esto estaba totalmente alejado de la realidad, ya que Christy era toda una estrella durante los campeonatos, sin embargo esta apreciación sumado a la rigurosidad del entrenamiento hizo que este simple comentario la llevara a serios problemas alimenticios como la
anorexia nerviosa.
El tiempo paso mientras Christy seguía entrenando y perdiendo peso cada vez más, en un inicio fue reduciendo las comidas de a pocos, luego empezó con el consumo de pastillas quema grasa, laxantes, luego simplemente dejo de consumir proteínas limitándose sólo a algunas frutas por día. Sin darse cuenta su anorexia se convirtió en una forma de vida y junto al entrenamiento estricto la llevó a perder muchos torneos, y lesionarse constantemente hasta tener que
abandonar definitivamente las competencias y el entrenamiento.
Para cuando su familia descubrió lo que le ocurria y decidieron ingresarla de emergencia en un hospital, la salud de Christy ya estaba muy deteriorada, llego a pesar hasta 25 kilos, situación que la llevó a la muerte luego de que le diagnosticaran
insuficiencia orgánica múltiple, simplemente sus órganos dejaron de funcionar muriendo a los pocos días de haber cumplido 22 años un
26 de julio de 1994.
Su muerte significo una tragedia para sus compañeras de entrenamiento y para la misma federación de gimnasia artística quien impuso nuevas normas para proteger a sus competidoras al igual que salieron a relucir casos nuevos de trastornos alimenticios en el equipo de atletas de los Estados Unidos.