Clara de Asís

Profundamente influenciada por San Francisco de Asís, Clara se negó a casarse, como lo deseaban sus padres, y huyó a la Capilla Porciúncula. El 18 de marzo de 1212, Francisco recibió sus votos, y así comenzó la Segunda Orden de San Francisco. Muchos se unieron a Clara, incluida su madre y su hermana Santa Inés de Asís, y pronto las Clarisas se alojaron en la iglesia y convento de San Damiano, cerca de Asís. Clara se convirtió en abadesa allí en 1216. Su gran preocupación era obtener una regla que reflejara el espíritu de Francisco para reemplazar la regla benedictina que el cardenal Ugolino (más tarde papa Gregorio IX) había adaptado para su orden. Dos días antes de su muerte, el Papa Inocencio IV aprobó su regla definitiva.

Además de su "privilegio de pobreza perfecta", que prohíbe la propiedad incluso por parte de la comunidad, la orden de Clara se destaca por su objetivo apostólico: consideraba su vida de oración penitencial como una fuerza espiritualmente vitalizante para la iglesia y la sociedad. Esta opinión fue compartida por los papas y por los ciudadanos agradecidos de Asís, quienes atribuyeron a Clara el haber salvado dos veces su ciudad de la destrucción. En la primera ocasión, Clara hizo que el capellán del convento elevara la Hostia en la ventana del refectorio, con lo cual los aliados moros del emperador del Sacro Imperio Romano Federico II, que estaban asaltando las paredes, retrocedieron. En la segunda ocasión, cuando una fuerza mayor encabezada por el general Vitale d'Aversa asedió Asís, Clara y sus monjas rezaron fervientemente por los asisios, y una gran tormenta dispersó a los atacantes. Ella fue reconocida con otros milagros durante su vida y después de su muerte. 

En 1958, el Papa Pío XII la declaró Patrona de la televisión, citando un incidente durante la última enfermedad de Clara, cuando ella milagrosamente escuchó y vio la misa de medianoche de Navidad en la basílica de San Francesco en el extremo opuesto de Asís.