Donoso Cortés

Juan Donoso Cortés nació en el Valle de la Serena, en Badajoz, el 6 de mayo de 1809. Fue el mayor de diez hermanos y recibió una educación basada en los estudios históricos, debido a su interés por esta materia. Aprende de diversos autores como Rousseau, Voltaire, Montesquieu y Madame Staël pero su favorito sin ningún tipo de dudas fue Chateaubriand. Al terminar sus estudios básicos, ingresa en la Universidad de Cáceres donde conoce a quien fue un gran amigo en su juventud, Manuel José Quintana. Años más tarde ingresa en la Universidad de Sevilla donde conoce a otros escritores de ideología liberal.

Al terminar sus estudios viaja a Madrid y se encarga de dirigir la cátedra de literatura del Colegio de Humanidades de Cáceres donde redacta y profiere un importante número de discursos. Donoso siempre se mantuvo en la postura de defender la monarquía aun a pesar de tener tendencias liberales ya que en aquella época la monarquía tenía mucha más importancia que en la actualidad.

Se dedicó a la vida política desde que escribe su Memorial sobre la situación actual de la Monarquía, ingresando en la Secretaría de Estado y postulando discursos conservadores en contraposición con las ideas liberales que profería en su juventud. Desde su posición colabora con la prensa de otros países y estrecha lazos con importantes figuras románticas de la literatura como Espronceda, Larra y Nicomedes Pastor Díaz.

Ingresó en la Real Academia de las Buenas Letras Sevillanas y posteriormente en la Real Academia Española. Sus ideas y textos adquieren una importancia mayor y escribe obras que ensalzan puntos de vista muy importantes de la época. Una muestra de todo ello fue El cerco de Zamora, donde ofrece su particular visión con toques de romanticismo sobre los hechos que llevaron al lecho de muerte al rey Sancho II de Castilla.

Escribe la Ley Electoral y colabora con Mendizábal en las leyes de desamortización. Poco después muere su mujer y su hija. Viaja a Francia donde adquiere nuevas ideas sobre la religión, decantándose por las ideas conservadoras. Llegó a ser secretario personal de la reina.

Se convirtió en un orador muy famoso por la postulación de sus ideas y no tenia reparos en ensañarse con el enemigo en sus escritos. Fue un defensor de la dictadura, los lazos entre iglesia-estado y la abolición del parlamento.

Muere en Parías el 3 de mayo de 1853.