Edoardo Amaldi

Después de un año de universidad, su profesor de física invitó a los estudiantes más dotados con un gran interés en la física pura, a aprovechar la oportunidad única que se había presentado en ese Instituto. En 1926, la nueva luminaria de la física, Enrico Fermi, había ido a enseñar física teórica en Roma, el primero en hacerlo en Italia. Amaldi aprovechó esta oportunidad y se transfirió al curso de física.

Bajo la guía de Fermi, Amaldi pronto se involucró en las actividades de investigación del grupo, que incluía a Emilio Segrè y Ettore Majorana, que también habían sido reclutados por la facultad de Ingeniería. Amaldi obtuvo su título en física experimental en 1929.

Durante la década de 1930, el grupo se dispersó por Italia y el extranjero debido al desarrollo de la política gubernamental fascista. Benito Mussolini y su gobierno ya no financiaban la investigación en la medida en que lo habían hecho en la primera mitad de la década de 1930. Fermi partió desde Suecia a los Estados Unidos después de haber sido galardonado con el Premio Nobel en 1938, sin siquiera regresar a Italia.

El mismo Amaldi pensaba ir a Estados Unidos, donde no habría tenido dificultades para encontrar una cátedra universitaria de física después de la Segunda Guerra Mundial, pero decidió quedarse en Italia. Ésta resultó ser una elección ganadora: de hecho, la reconstrucción del entorno científico italiano después de la guerra, y en particular en Roma, se debió casi por completo a Amaldi.

Mantuvo la cátedra de Física General en la Universidad 'La Sapienza' de Roma durante casi cuarenta años, enseñando y preparando generaciones de físicos, tratando de mantener y fortalecer el inimitable estilo aprendido de Fermi. Desde su trabajo inicial en física nuclear con Fermi y los demás, realizó un pionero trabajo en el campo de los rayos cósmicos y luego se dedicó al nuevo campo de la física de partículas.

Se convirtió en un punto de referencia para la física de partículas italiana después de la guerra y contribuyó directamente a la realización de proyectos nacionales e internacionales, tales como la electrosynchrotron en Frascati, el Istituto Nazionale di Fisica Nucleare (INFN), el CERN (Organización Europea para la Investigación Nuclear) en Ginebra, y la ESA (Agencia Espacial Europea): todos ellos existen gracias a su compromiso y visión a largo plazo.

Cuando a fines de la década de 1950 surgieron especulaciones sobre un satélite científico de la OTAN para Europa, Amaldi estaba convencido de que la investigación espacial no debería caer en manos de los militares. Fue impulsado a la acción, y escribió una carta abierta a un puñado de eminentes administradores de ciencia europeos en 1959, que comenzó el proceso que lleva a COPERS y la fundación de ESRO (Organización Europea para la Investigación Espacial).

Aunque apoyó a ELDO (la Organización Europea para el Desarrollo de Lanzadores), Amaldi no estaba contento con el progreso de los programas de cohetes europeos existentes, por lo que una vez que se estableció COPERS, se retiró de la participación activa en el proceso de organización; una excepción fueron las negociaciones en torno a ESRIN (Instituto de Investigaciòn Espacial Europeo) en Frascati. Fue activo en la promoción de la ciencia espacial en Italia, desarrollando conferencias y programas de escuela de verano para físicos jóvenes.

En la última parte de su carrera, recurrió a nuevos campos: desde un punto de vista científico, contribuyó a la institución de nuevas investigaciones sobre las ondas gravitacionales en Roma; desde un punto de vista político y social, promovió iniciativas y talleres sobre el desarme y el uso pacífico de la física nuclear: las Conferencias de Amaldi continúan dando testimonio de ello.

No era nuevo en este tipo de compromiso: durante la guerra, mientras Fermi en los EE. UU. estudiaba reacciones controladas en cadena que conducirían a la primera pila nuclear y las primeras armas nucleares, Amaldi había decidido interrumpir su investigación en física nuclear en Roma, temiendo manipulaciones políticas y militares.

Amaldi FUE autor de alrededor de 200 publicaciones científicas, así como libros de texto para escuelas secundarias y universidades. Murió repentinamente en diciembre de 1989, cuando todavía estaba activo como presidente de la Accademia dei Lincei, de la que era miembro desde 1948.