Publio Elio Adriano (Publius Aelius Traianus Hadrianus, en latín) - conocido más simple e históricamente como
emperador Adriano - nació el 24 de enero del 76 en Itálica, Hispania Baetica, a pocos kilómetros de Sevilla, aunque, según algunas fuentes, su lugar de nacimiento habría sido Roma. Desciendía de una familia originaria de Hatria (hoy Atri, en la provincia de Teramo), que se transfierió a Itálica después de la fundación de la ciudad, por Escipión el Africano.
A los nueve años, ya era huérfano de ambos padres y fue criado por Trajano, que se convirtió en su mentor, y su esposa Plotina, que lo trató como a un hijo.
La carrera de Adriano se vio facilitada tanto por su matrimonio con Vibia Sabina, una pariente de Trajano, tanto como por el nombramiento como sucesor del emperador Nerva, dictado por el mismo Trajano.
Antes de convertirse en emperador, Adriano fue tribuno militar con la Legio II Adiutrix piae Fidelis en Panonia inferior en el 96 dC y, al año siguiente, tribuno militar con la Legio V Macedonia en Mesia inferior.
Después de formar parte de la Legión XXII Primigenia, en la cual fue tribuno militar enel 97, en la Baja Alemania, fue transferido de la Legio I Minervia, para luego convirtirse en cuestor en el año 101.
Cuatro años más tarde Adriano fue nombrado tribuno del pueblo, mientras que en el 106 obtuvo el cargo de pretor y de Legatus de la legión Minerviae piae Fidelis en la Baja Alemania. Después de ser Legatus de Augusto en Panonia inferior en 107 y epulonum septemviro; entre 112 y 113 fue arconte en Atenas Legatus en Siria en el 117. Ese mismo año se convirtió en emperador.
Una vez ascendido al trono, Adriano decidió apartar a muchos de los hombres que habían formado parte del séquito de Trajano, al que también él mismo pertenecía, y ordenó la eliminación física de los potenciales competidores y disidentes que podrían obstaculizarle su carrera.
En términos de política interna, a pesar de esto, decidió extender los niveles de tolerancia, por ejemplo mediante la promoción de una reforma de la ley que tenía como objetivo alivianar la situación de los esclavos y ser más condescendiente hacia los cristianos.
Después de haber consolidado su poder de una manera suficientemente tranquilizadora, Adriano se dedicó a viajar por todo el Imperio, desde la cercana Galia a Britania, a través de Alemania, España y Mauritania, con el fin de verificar las necesidades de las diversas poblaciones y tomar las medidas necesarias para tornar eficientes los sistemas de defensa.
En cuanto a la política exterior, Adriano decidió retrasar todas las operaciones militares, por ejemplo, abandonando los logros que su predecesor Trajano había construido en Mesopotamia, con la idea de que era demasiado difícil de defender, en virtud del esfuerzo necesario para garantizar los suministros a las tropas.
En general, el objetivo de Adriano era marcar fronteras que se pudieran controlar con relativa facilidad y con costos de mantenimiento relativamente bajos. Como parte de este proyecto, construyó en Gran Bretaña la Muralla de Adriano, después de la conquista del norte de la isla, diseñada para mantener alejados a los pueblos caledonios y los peligros que podrían causar.
Experto tanto en batallas como en la administración pública, Adriano restringió progresivamente el poder de los libertos cesáreos para dar cabida a funcionarios entrantes de clase superior: gracias a esta iniciativa, y a la determinación de salarios en función de las ramas administrativas (herencia, finanzas, contabilidad general, justicia, etc.), consiguió una mayor estabilidad en la administración pública.
Después de 21 años en el poder, el emperador Adriano murió el 10 de julio del 138, debido a un edema pulmonar, a la edad de sesenta y dos años, en su casa de la bahía: después de su muerte se erigió un monumento ecuestre en su honor, que lo representa al comando de una cuadriga.