Ernst Bloch nació en Ludwigshafen (Alemania) el 8 de julio de 1885, en una familia de origen judío proveniente del Palatinado. Realizó sus estudios de filosofía en varias ciudades alemanas desde Munich a Wurburg y Berlín, estudiando con grandes maestros como Heidelberg y Simmel. Se graduó en 1908 con una tesis titulada: "
Disquisición crítica sobre Rickert y el problema de la epistemología moderna".
En 1913 contrajo matrimonio con la escultora Else von Striztky quien lamentablemente murió en 1921. Al finalizar la Primera Guerra Mundial comenzó a enseñar en la Universidad de Leipzig.
Desde siempre
Bloch fue un acérrimo pacifista, por lo que en el momento de la llegada al poder de
Adolf Hitler se refugió en la neutral Suiza. Fue durante su estancia en Suiza que se acercó al marxismo y público, en 1918, "
Espíritu de la utopía", seguido por el texto: "
Thomas Müntzer como teólogo de la revolución" (1921) y una colección de aforismos y parábolas titulado "
Huellas" (1930). Entre ellos el texto más importane es sin duda el ensayo sobre la utopía; tema que también se reanudará después con el texto "
Ateísmo y Cristianismo" (1968).
Ernst revolucionó profundamente el significado de la utopía, que en su interpretación ya no indica una realidad imposible de realizar. Él habla más específicamente de contenido utópico como un medio a través del cual se representa cómo alcanzar un determinado objetivo, previamente fijado; un objetivo que, aunque lejano y difícil, no debe ser considerado imposible de realizar. Su intento es crear un vínculo entre el Marxismo y el cristianismo, reconociendo, de hecho, en la religión cristiana un contenido utópico inherente a la idea de la redención.
Aunque su trabajo como filósofo se profundizó y amplió gracias a su relación con personalidades como
Max Weber,
Bertolt Brecht, Kurt Weill y
Theodor Adorno, también su vida privada pareció mejorar después del dolor causado por la muerte de su primera esposa.
En 1922 se casó la pintora Linda Oppenheimer de la que, en 1928 tuvo una hija, Mirijam. Por desgracia, el mismo año del nacimiento de su hija, fracasó su matrimonio con Linda y ambos se separaron.
En 1933 para escapar de la persecución nazi, se vio obligado a diversas peregrinaciones entre Suiza, Austria, Checoslovaquia y Francia. Encontró finalmente un refugio más seguro en los Estados Unidos. Y es en los Estados Unidos donde escribió su obra más importante: "El principio de la esperanza". El texto, en tres volúmenes se publicó, no obstante, sólo en el período entre 1953 y 1959 cuando Bloch ya estaba de regreso en Alemania.
En este trabajo, fuertemente influenciado por el pensamiento de algunos filósofos norteamericanos como Waldo Emerson, Ernst teoriza que el concepto de que la esperanza no es subjetiva, pero cae en el desarrollo objetivo, y por lo tanto real, de cada ser humano. Él dice que un hombre no se define de acuerdo con su presente, sino con un futuro aún no ha adquirido.
En 1948 Bloch, de regreso en Alemania, retomó su cátedra de profesor en la Universidad de Leipzig, que formaba parte de la República Democrática Alemana, en Europa del Este. También fundó una revista llamada "Revista de la filosofía alemana" y publicó un ensayo sobre Hegel titulado "Sujeto-objeto" (1949).
Por desgracia, sus relaciones con el régimen político vigente se deterioron rápidamente, y comenzó a ser visto como un revisionista de la ideología marxista. En 1957 se intentó aislarlo, y fue llamado con el apodo de "tentador de la juventud." Algunos de sus estudiantes fueron detenidos.
A raíz de estas acusaciones, la Universidad lo desafectó de su cargo y Bloch, que en 1961 se encontraba temporalmente en Baviera, decidió no volver a Alemania del Este; la decisión fue tomada en el mismo momento que comenzó la construcción del Muro de Berlín. Bloch aceptó una cátedra en la Universidad de Tubinga, donde murió el 4 de agosto 1977.
Entre sus escritos más importantes se encuentran también "El problema del materialismo: historia y sustancia" (1972) y "Experimentum Mundi" (1975).