Félix Dupanloup

Después de alcanzar renombre en los círculos legitimistas durante la década de 1830, cayó en desgracia con el nuevo arzobispo de París, Dennis Affre (1840-48) y pasó la década anterior a la revolución como asistente en la catedral de Notre Dame. Durante este tiempo, escribió los primeros volúmenes de su gran obra sobre educación y se unió a Charles Forbes de Montalembert para promover la "libertad de educación" para la Iglesia frente al monopolio educativo del estado. El 16 de abril de 1849, fue nombrado obispo de Orleans y pronto se convirtió en uno de los obispos franceses más conocidos e influyentes durante los siguientes treinta años; finalmente fue elegido para el Senado de la Tercera República.

Con el establecimiento de la Segunda República, Dupanloup fue designado para la comisión que preparó la ley de Falloux de marzo de 1850. Actuó en la comisión como líder de los católicos, delineando muchas de las disposiciones de la ley y argumentando sistemáticamente que ninguna iglesia ni estado podía monopolizar enseñanza. Poco después defendió las tradiciones del clásico humanismo católico contra la demanda del abate Joseph Gaume de prohibir a todos los autores no cristianos de las escuelas católicas; también fue uno de los pocos obispos que promovieron activamente las escuelas católicas diocesanas. 

Su De l'éducation (1849), en tres volúmenes, escrito en la tradición del humanismo jesuita, se convirtió en una biblia para los maestros católicos franceses. Compartió con el abate Joseph Gaume la convicción de que la sociedad estaba en peligro mortal y que la educación era, al mismo tiempo una enfermedad y una cura. Su principal contribución fue un énfasis en la distinción entre educación e instrucción. La instrucción era solo una parte de la verdadera educación, que abarcaba también la religión, la disciplina y el ejercicio físico, cuya totalidad era mayor que la suma de sus partes y cuyo objeto era el hombre en su totalidad, mientras que la instrucción solo atendía a la mente. La educación se ocupaba de los poderes mentales, el espíritu del hombre y los fines; la instrucción se limitaba al conocimiento, la mente y los medios. La educación hacía hombres, la instrucción sabios

En su propia diócesis, Dupanloup estableció una moderna maquinaria administrativa, alentó bibliotecas, asociaciones y retiros, construyó escuelas e iglesias, reformó la disciplina y la enseñanza del seminario y transfirió o forzó el retiro de sacerdotes culpables de "mala conducta". Su objetivo declarado era volver a cristianizar una diócesis mediante el rejuvenecimiento de la vida parroquial, los seminarios y las escuelas. Durante su episcopado, el estado físico y financiero de la diócesis mejoró, al igual que la conducta sacerdotal; las vocaciones aumentaron junto con la práctica religiosa, mientras que las "creencias supersticiosas" declinaron. 

Solo Dupanloup entre los obispos presentes en París, se opuso al golpe de Napoleón III del 2 de diciembre de 1851. Fue elegido para la Academia Francesa en 1854 y para la asamblea nacional en 1870. Murió el 11 de octubre de 1878 en Lacombe (Saboya).