Fernando Ortiz

Ortiz comenzó su carrera como abogado y criminólogo (fue uno de los primeros en abogar por el uso de las huellas dactilares en el trabajo policial). Su estudio de criminales negros en La Habana lo llevó a investigar su subcultura urbana y, finalmente, sus creencias y prácticas religiosas. La experiencia cambió su vida y lo inició en una nueva carrera. 

En 1906 publicó Los negros brujos, su primer libro sobre el tema, y ​​en 1916, Los negros esclavos, en la que estudia a los negros cubanos de acuerdo a la región de África de la que proceden. Su Un catauro de cubanismos (1923) identifica los orígenes africanos de muchas palabras utilizadas en Cuba, así como los diferentes orígenes de otras palabras. Ortiz continuó con el Glosario de Afronegrismos, estudio de lingüística, lexicología, etimología y semántica (1924).

El trabajo de Ortiz fue influyente en la aparición del movimiento afrocubano, una tendencia en las artes, particularmente en música, danza y literatura, que incorporó y celebró el componente africano de la cultura cubana.

En 1940 Ortiz publicó lo que se convertiría en su libro más famoso, Contrapunteo cubano del tabaco y el azúcar, una interpretación de la cultura de la isla a través de sus dos productos principales, y en la década de 1950 contribuyó con dos volúmenes más decisivos: La africanía de la música folklórica de Cuba (1950) y Los bailes y el teatro de los negros en el folklore de Cuba (1951).

A lo largo de su vida, Ortiz estuvo involucrado en la fundación de instituciones y revistas dedicadas al estudio de la cultura cubana. Fue cofundador de la Academia Cubana de la Lengua en 1926 y de Surco (fundada en 1930) y Ultra (1936–47), ambas revistas que proporcionaban información sobre revistas extranjeras. En 1937 fundó la Sociedad de Estudios Afrocubanos y la revista Estudios Afrocubanos.

En 1995 se creó en La Habana la Fundación Fernando Ortiz para la preservación de su legado y la continuación de los estudios que comenzó, especialmente los de la cultura afrocubana.