Floriano Peixoto

Después de la guerra Peixoto regresó a Río, terminó su curso de ingeniería, y realizó una serie de comisiones menores. En 1883 había ascendido al rango de general de brigada, y al año siguiente se convirtió en presidente y comandante militar de la provincia de Mato Grosso.

Cuando la monarquía cayó en noviembre de 1889, Peixoto estaba sirviendo al mismo tiempo como mariscal de campo, ayudante general, y senador por Alagoas. Fingiendo lealtad al imperio, se unió al ejército rebelde y dirigió el golpe cuando la enfermedad incapacitó al Mariscal Manuel Deodoro Da Fonseca.

En mayo de 1890 Peixoto se convirtió en ministro de Guerra en el gobierno provisional de Deodoro. El 24 de febrero de 1891, la Asamblea Constituyente eligió por primera vez presidente de Brasil a Deodoro y vicepresidente a Peixoto. Este último pronto se alineó con el Congreso, con el que Deodoro estaba  en constante lucha, y su casa se convirtió en un lugar de encuentro para los enemigos del presidente. La capacidad política limitada de Deodoro y los continuos altercados con el Congreso llevaron a su renuncia el 24 de noviembre de 1891. Al día siguiente Peixoto se convirtió en el segundo presidente de Brasil.

La indiferencia de Peixoto hacia  el Congreso, la negativa a convocar nuevas elecciones, la purga de los presidentes estatales, y su áspera dictadura, despertaron la oposición inmediatamente. En enero de 1892 levantamientos militares de corta duración agravaron la agitación política, mientras que la inflación y la disminución de la producción agrícola agravaban  la confusión general.

Aunque Peixoto rápida y despiadadamente aplastó toda oposición, las más graves amenazas a su posición procedían de la provincia de Rio Grande do Sul y la marina. En Rio Grande insurgentes que proclamaban las normas del federalismo y el positivismo lanzaron  un ataque desde Uruguay el 9 de febrero 1893.

El 6 de septiembre de 1893, José de Mello dirigió una revuelta naval en la Bahía de Guanabara. Mello controló el mar, pero no pudo conseguir ningún apoyo de la tierra y no hizo ningún intento de unirse a los rebeldes en Rio Grande. El ejército permaneció leal a Peixoto y por seguridad se fortificó Río. Las dos fuerzas llegaron a un impasse, y la marina, finalmente se rindió  el 16 de abril de 1894. Mello, además de muchos federalistas derrotados Rio Grande, huyeron a Buenos Aires. La huída de estos dos grupos puso fin a los pronunciamientos, pero Peixoto siguió sus victorias con ejecuciones sumarias, sangrientas represalias, y una firme dictadura.

A medida que el final del mandato de Peixoto se acercaba, muchos temían que fuera a dirigir un golpe de estado y continuar con su régimen. La falta de apoyo adecuado, y quizás lo más importante, problemas de salud cada vez más frecuentes, lo obligaron a aceptar una nueva elección. El 15 de noviembre de 1894, Prudente de Morais Barros asumió el cargo, y poco tiempo después Peixoto cayó gravemente enfermo. Murió en Barra Mansa, Río de Janeiro, el 29 de junio de  1895.