Francisco de Quevedo

El escritor Francisco Gómez de Quevedo Villegas y Santibáñez Ceballos nació el día 14 de septiembre del año 1580 en Madrid. Es conocido con el nombre de Francisco de Quevedo.

Nacíó en el seno de una familia de ascendencia cántabra, compuesta por hidalgos. Su padre, Pedro Gómez de Quevedo, era el secretario de María de Austria, hermana del rey Felipe II, y su madre, María de Santibález, dama de la reina, por lo que su infancia transcurrió en la Corte.

Cuando tenía 6 años su padre fallece, y al cumplir los 11 muere también su hermano Pedro. Más tarde, estudia lenguas, tanto antiguas como modernas, así como Teología, estudios que cursa en Alcalá, aunque no llegó a ordenarse.

Pronto empiezan a circular por la corte, en la época en la cual ésta se había establecido en Valladolid, poemas de Quevedo, bajo el seudónimo Miguel de Musa. En estos poemas imita a Góngora, por lo que éste le ataca con una serie de poemas como respuesta. Éste fue el principio de una gran enemistad entre ambos.

Quevedo destacaba por su gran nivel cultural, y se vió envuelto en la mayor parte de intrigas de su tiempo. A principios del siglo XVII empieza a escribir prosa. De dicha época son “La vida del Buscón” o “Epistolario”.

Desde 1606 hasta 1611 reside nuevamente en la Corte, publicando otras obras como “Lágrimas de Jeremías castellanas”, “España defendida”, “Discurso de las privanzas”, “Rimas humanas y divinas” o “La Perinola”, entre otras muchas, la mayor parte de ellas de género satírico.

En 1613 viaja a Italia, como secretario de Pedro Téllez-Girón, Gran Duque de Osuna. A su vuelta a Madrid procura un acercamiento al Duque de Lerma con el objetivo de conseguir que l Duque de Osuna sea nombrado Virrey de Nápoles. En 1616 consigue su objetivo. Este mismo año es  nombrado Caballero de Santiago.

Sin embargo, el duque de Osuna cae en desgracia en el año 1620, arrastrando en su caída a Quevedo, que es desterrado a la Torre de Abad, propiedad del escritor, en la provincia de Ciudad Real. En este lugar retirado es donde Quevedo escribe sus mejores poemas, entre ellos “Son las torres de Joray...” o “Retirado a la paz de estos desiertos...”. Allí se dedica también a escribir algunos tratados políticos.

Al llegar al trono Felipe IV levanta el castigo a Quevedo, que vuelve a sus intrigas apoyando al Conde-Duque de Olivares, aunque con una vida muy disipada, frecuentando las tabernas y bebiendo en exceso. A pesar de ello, de esta época proceden un gran número de sus obras, como “La cuna y la sepultura”, “Cuatro fantasmas”, “Virtud militante”, “De los remedios de cualquier fortuna” o “La introducción a la vida devota de Francisco de Sales”, entre otras.

En 1639, con la caída del conde-duque de Olivares, Quevedo vuelve a ser detenido y encerrado en el Monasterio de San Marcos, en la provincia de León, donde se dedica sobre todo a la lectura.

En el año 1643 es liberado de su encierro, pero se encuentra viejo y enfermo, y decide retirarse a la Torre de Juan Abad.

El día 8 de septiembre del año 1645 Francisco de Quevedo fallece en la localidad de Villanueva de los Infantes, en la familia de Ciudad Real, mientras se encontraba en el convento de los padres dominicos.