Francisco De Vitoria

Poco se sabe de la vida temprana de Francisco de Vitoria. Nació y estudió en Burgos y enseñó en las universidades de Valladolid (1523-1526) y de Salamanca. En esta última institución, en 1539, pronunció sus famosas conferencias sobre la ley, la guerra y el Nuevo Mundo, finalmente publicadas como De indis et de jure belli Relectiones (De los indios y las leyes de la guerra).

Como fraile dominico, Vitoria estaba profundamente involucrado con las enseñanzas de la teología y la política de su gran predecesor Santo Tomás de Aquino. Sin embargo, hubo un mundo de diferencias entre la civilización centrada en el Mediterráneo del Doctor Angélico del siglo 13, y el expansivo imperio de los Habsburgo de la época de Vitoria. Éste y sus colegas de Salamanca se comprometieron a conciliar estas diferencias con la doctrina establecida y su éxito produjo un cuerpo de principios jurídicos teóricos para la era del imperialismo europeo y el Estado-nación.

Por 1539 España (entonces parte del imperio de los Habsburgo), estaba bien arraigada en las Américas, pero persistían viejas dudas sobre su ejercicio de la soberanía. Vitoria, en efecto, revisó las doctrinas medievales (derivados en parte de la ley romana) sobre las leyes de Dios, la naturaleza y las naciones. En resumen, estas doctrinas declaraban que la ley de Dios, conocida solamente en su totalidad a él, podría ser aprehendidas por la humanidad, en parte, a través de la revelación divina y por medio de la recta razón. Por medio de esta última, los hombres podrían descubrir esas prácticas que eran universalmente justas. 

Vitoria adaptó la doctrina de la ley natural a las nuevas condiciones. La ley de la naturaleza se convirtió en un derecho público que regulaba las relaciones entre los estados territoriales, las cuales, debido a su condición soberana, se parecía a la de individuos soberanos del prepolítico "estado de naturaleza". La ley de la naturaleza regulaba sus relaciones, independientemente de sus convicciones religiosas o políticas; y esta ley, que ahora se llama el derecho internacional, aplicado a la conducta y los motivos de la guerra también. Aunque el Papa seguía ejerciendo un dominio espiritual sobre la cristiandad, la cristiandad ya no era el mundo completo, que ahora se veía dividido entre los estados jurídicamente independientes. Con esta fórmula, Vitoria enterró el universalismo político de la Edad Media; y negó el derecho superior de los príncipes cristianos a conquistar y gobernar a los pueblos paganos distantes en virtud de las "errores" religiosos de estos últimos.

Vitoria, sin embargo, confirmó la autoridad del Papa para confiar a un poder cristiano la tarea de convertir a los paganos. También incluyó entre los derechos de las naciones el derecho a entrar en relaciones comerciales y exportar misioneros para el trabajo evangélico pacífico. Por otra parte, si el estado al que estos agentes y pacíficos eran enviados los repelían o maltrataban de alguna manera, esto podría constituir un motivo de guerra justa, conquista y posterior administración del Estado infractor. Por último, decía Vitoria, dicha administración debería tomar la forma de una tutela del bienestar tanto material pero, sobre todo espiritual, de los pueblos conquistados.

La hostilidad inicial hacia los puntos de vista de Vitoria, finalmente, dio paso al reconocimiento de su utilidad y a su incorporación parcial en la ley imperial española. Vitoria murió en Salamanca el 12 de agosto 1546.