Frank Capra nació en Sicilia, el día 18 de mayo de 1897, aunque con tan sólo 6 años emigró, junto con su familia, a los Estados Unidos, estableciéndose en California.
Estudió ingeniería química, tras lo cual estuvo un par de años dando clases en el ejército. Más tarde estuvo trabajando en varias profesiones hasta conseguir alcanzar su objetivo, que era trabajar como guionista, siendo contratado por los estudios Hal Roach.
Allí estuvo durante un tiempo, colaborando incluso con Harry Langdon, pero su oportunidad le iba a llegar a Capra en el año 1931, en el momento en que entró a trabajar para la
Columbia Pictures, empezando allí una colaboración con Robert Riskin que iba a ser muy fructífera y decisiva para su carrera.
En efecto, de esta colaboración surgieron largometrajes que llevaban ya impresas las características que iban a marcar las cintas de Capra: personajes con un gran idealismo así como con un optimismo vital, solidarios y con unos profundos valores éticos. Los vemos ya en sus primeras películas, como
“El secreto de vivir”, “Caballero sin espada”, “Juan Nadie” o el magnífico alegato contra el suicidio
“¡Qué bello es vivir!”. Todas ellas constituyen un verdadero canto a la vida.
Ya con sus primeras películas la carrera de Capra quedó afianzada, siendo considerado uno de los mejores directores de la época y, posteriormente, de todos los tiempos.
Capra es el representante por excelencia de la comedia americana, a la que siempre supo imprimir un humor elegante e inteligente. Intentó no ser encasillado en ella, para lo cual rodó algún que otro film de otros géneros, entre ellos el drama
“La amargura del general” o la cinta policíaca
“La sortija que mata”. Pero no obtuvo el mismo éxito y quedó bien claro que lo suyo era la comedia, en la que era un verdadero maestro.
De esta primer época, aparte de las mencionadas, es de destacar
“Sucedió una noche”, considerada por muchos su obra maestra y una de las mejores comedias que el cine ha dado. También debemos mencionar aquí
“Vive como quieras”, otra oda a la libertad y a la vida, así como
“Arsénico por compasión”, fantástica comedia que se ha convertido en todo un clásico del humor negro.
Durante la Segunda Guerra Mundial rodó varios documentales de guerra, como
“Why We Fight”, una de las mejores propagandas de guerra jamás realizadas en el cine. En estos documentales Capra no tan sólo conseguía motivar a las tropas, sino que también cumplía la difícil misión de convencer a sus conciudadanos de que era preciso entrar en guerra.
Frank Capra fue espaciando sus trabajos. En la década de los 60 se retiró, después de rodar
“Un gangster para un milagro”, protagonizada por
Glenn Ford, en la que dicho actor encarna a un mafioso de buen corazón, amigo de los más desfavorecidos, a los que no dudará en ayudar cuando lo precisen.
Debido a estas temáticas, algunos han tachado la obra de Capra de ingenua, e incluso de conservadora. Pero es evidente que nadie como él ha sabido convertir el cine en una alegoría a la bondad, a los buenos sentimientos y a la generosidad, sentimientos que sabe transmitir en sus obras al espectador. Toda su obra exalta la belleza de la vida.
Entre otros reconocimientos, consiguió el
Óscar al mejor director por 3 de sus películas: “Sucedió una noche”, “Vive como quieras” y “El secreto de vivir”. Frank Capra falleció el día 3 de septiembre de 1.991 en California.