Fulgencio Batista

El ejército dio a Batista la oportunidad de una rápida movilidad ascendente. Ambicioso y enérgico, estudiaba por las noches y se graduó de la Escuela Nacional de Periodismo. En 1928 fue ascendido a sargento y asignado como taquígrafo al Campamento Columbia en La Habana. En ese momento, Cuba estaba pasando por un período de considerable agitación. La creciente depresión económica añadida a la pobreza generalizada, y el derrocamiento de la dictadura de Gerardo Machado en 1933, desató una ola de ira y ansiedad descontrolada. 

Descontentos con una reducción salarial y una orden de restricción de sus promociones, los escalones más bajos del ejército comenzaron a conspirar. El 4 de septiembre de 1933, Batista, junto con otros estudiantes anti-Machado, asumieron el liderazgo del movimiento, degradaron a los oficiales del ejército y derrocaron el gobierno provisional de Carlos Manuel de Céspedes. Batista y los estudiantes nombraron una efímera junta de cinco hombres para gobernar Cuba, y el 10 de septiembre nombraron al profesor de fisiología de la Universidad de La Habana, Ramón Grau San Martín, presidente provisional. Batista pronto se convirtió en coronel y jefe de personal del ejército.

El régimen nacionalista y revolucionario de Grau fue rechazado por los Estados Unidos y por diferentes grupos dentro de Cuba que que se negaron a reconocerlo y conspiraron contra él. El 14 de enero de 1934, la alianza única entre los estudiantes y los militares se derrumbó; Batista obligó a Grau a dimitir, frustrando así el proceso revolucionario que se había iniciado con el derrocamiento de Machado.

Batista surgió como líder de la política cubana. Gobernó a través de presidentes títeres hasta 1940, cuando fue elegido presidente. Deseoso de ganar el apoyo popular, impulsó una impresionante batería de leyes sobre el bienestar público. La administración pública, la salud, la educación y las obras públicas mejoraron; estableció hospitales rurales y leyes de salario mínimo, aumentó los salarios de los empleados públicos y privados, y comenzó un programa de escuelas rurales bajo el control del ejército. Legalizó el Partido Comunista de Cuba y en 1943 estableció relaciones diplomáticas con la Unión Soviética. El ejército recibió una paga más alta, pensiones, mejor comida y atención médica moderna, asegurando así su lealtad. El 9 de diciembre de 1941, tras el ataque a Pearl Harbor, Batista llevó a Cuba a la Segunda Guerra Mundial en el bando aliado. Bases aéreas y navales fueron puestas a disposición de los Estados Unidos, que compró la mayor parte de la producción de azúcar de Cuba y le aportó generosos préstamos y donaciones.

En 1944 Batista permitió la elección de su rival de antaño, Grau San Martín. Después de una extensa gira por Centro y Sur América, se instaló en Daytona Beach, Florida, donde escribió "Sombras de América" (1946), donde indaga en su vida y sus políticas. En 1948, cuando aún estaba en Florida, fue elegido para el Senado por la provincia cubana de Santa Clara. Regresó a Cuba ese año, organizó su propio partido, y anunció su candidatura presidencial para las elecciones de junio de 1952.

Batista, sin embargo, impidió que la elección se llevara a cabo. Consciente quizás de que tenía pocas posibilidades de ganar, él y un grupo de oficiales del ejército derrocaron al régimen constitucionalmente elegido del presidente Carlos Prío Socarrás, el 10 de marzo de 1952. Batista suspendió la Constitución de 1940 y el Congreso, canceló las elecciones, y disolvió todos los partidos políticos. Pronto se desarrolló una oposición, liderada principalmente por estudiantes universitarios. 

El 26 de julio de 1953, los jóvenes revolucionarios dirigidos por Fidel Castro, atacaron sin éxito, los cuarteles de Moncada en la provincia de Oriente.

En noviembre de 1954, en una elección manipulada, Batista fue "reelegido" por un período de 4 años. Esta vez se desentendió de los problemas sociales y económicos, y la corrupción y el soborno alcanzaron proporciones sin precedentes. Partidos políticos y grupos oganizados llamaron a nuevas elecciones, pero con poco éxito. Fidel Castro comenzó operaciones de guerrilla, con la asistencia de su compatriota argentino, Ernesto Che Guevara, en la provincia de Oriente. Pronto otros grupos, como el movimiento de Resistencia Cívica, comenzaron una guerra terrorista en distintas ciudades de Cuba. En 1957, un ataque contra el palacio presidencial llevado a cabo por los estudiantes y seguidores del depuesto presidente Prío, casi tuvo éxito en asesinar a Batista. 

El 9 de diciembre de 1958, el financista estadounidense William D. Pawley se reunió con Batista en nombre del Departamento de Estado, ofreciéndole refugio para él y su familia en Florida. Muy a su pesar, Batista rechazó la generosa oferta estadounidense y, finalmente, las deserciones en el ejército precipitaron el derrumbe del régimen el 31 de diciembre de 1958. 

Con las fuerzas rebeldes ya sumando más de 50.000 hombres, Batista escapó a República Dominicana, y aunque un nuevo presidente asumió el poder en Cuba, Castro pronto llegó a La Habana para tomar el poder. 

Posteriormente Batista se trasladó desde República Dominicana a las islas portuguesas de Madeira, donde escribió varios libros, entre ellos "Cuba Traicionada" y "Crecimiento y decadencia de la República de Cuba", un pedido de disculpas por su papel de división en la política cubana. 

Batista nunca regresó a Cuba, y murió de un ataque al corazón en Marbella, España el 6 de agosto de 1973.