El director francés
Georges Méliès es hoy considerado por sus méritos, entre los pioneros del cine. A él se deben la introducción y experimentación de una serie de importantes innovaciones técnicas y narrativas en los primeros años de vida del arte cinematográfico; fue uno de los primeros realizadores en utilizar la exposición múltiple, la decoloración y el color (pintado sobre la película de forma manual), también es universalmente reconocido como el pionero y "padre" de los efectos especiales: era el año 1896, cuando
Mélies descubrió casi por casualidad el truco de la sustitución.
Maries-Georges-Jean Méliès, más comúnmente conocido sólo como Georges, nació en París, el 8 de diciembre de 1861, en una familia propietaria de una pequeña empresa artesanal de zapatos. En 1884 fue a Londres, donde trabajó como empleado en una tienda de bustos; allí comenzó a asistir los teatros de magia. Conoció a David Devant, prestidigitador del Egiptian Hall: bajo su dirección se convirtió en aprendiz de ilusionista. En 1885 regresó a París, donde comenzó a interesarse por el cine, trabajando como mago en el teatro Robert-Houdin. En 1888 adquirió el teatro y asumió su dirección.
En 1895 tuvo la oportunidad de asistir a una demostración pública de los hermanos Auguste Lumière y Louis Lumière. A continuación, comenzó a interesarse y estudiar los equipos para crear imágenes en movimiento: dos años más tarde tuvo un estudio equipado, situado en un ático en Montreuil. Sus actores (y muchas veces el mismo Méliès) recitaban frente a un telón de fondo pintado siguiendo las tradiciones teatrales, también hacían exhibiciones de magia con las cuales el novel director esataba muy familiarizado.
En alrededor de veinte años (entre 1896 y 1914), Méliès dirigiría tantas como 531 películas, en su mayoría de duración variable, algunas de tan solo un minuto, otras de hasta cuarenta minutos. El tema de sus producciones a menudo derivaba de las experiencias en espectáculos y trucos de magia que conocía personalmente; las escenas estaban llenas de trucos y eventos imposibles, como objetos que desaparecían o cambiaban de dimensión.
Su obra más conocida es "
Viaje a la Luna" (Le Voyage dans la Lune) y se remonta a 1902. Esta -como otras películas- recuerdan más o menos indirectamente, la obra de
Julio Verne, y se pueden considerar las primeras películas de ciencia ficción. Incluso los orígenes de las películas de terror encuentran huellas en la obra de Méliès, especialmente en el título "
Le Manoir du diable".
La compañía cinematográfica de Méliès, Star Films, conoció la quiebra en 1913, a causa de las políticas comerciales de los grandes rivales estadounidenses y francesas. El director fue excluído de la producción de películas, por lo que decidió dedicarse sólo a la magia: el teatro Robert-Houdin fue demolido y sobre sus cenizas nació el Boulevard Haussmann.
Méliès se las arregló para obtener la licencia de un puesto de juguetes en la estación Montparnasse, con el trató de reunir algún dinero en los siguientes años.
Lentamente su obra fue redescubierta y sostenida. En 1925 un periodista de una revista cinemagrafica lo encontró en su kiosco y el propietario de un cine encontró algunas de sus películas en unos almacenes abandonados de un centro comercial. En los años que siguieron fue su nieta Madeleine Malthête Méliès quien salvó lo que quedaba de la obra de su abuelo. De hecho, un patrimonio de valor incalculable sobre los orígenes del cine fue salvado del olvido.
En 1931 fue galardonado con el premio más alto otorgado en Francia, la Legión de Honor, recibida directamente de las manos de Louis Lumière. Al año siguiente, gracias al interés de un sindicato cinematográfico, se le concedió una pensión y fue hospedado en una casa de retiro para artistas. Actuó incluso en algunos comerciales.
Georges Méliès murió en París, en clínica Leopold Bellan, el 21 de enero de 1938. Está enterrado en el cementerio parisino de Père Lachaisem.
Una curiosidad muy adelantada para su época. Para obtener una copia de "Viaje a la luna" algunos agentes de
Thomas Edison sobornaron al propietario de un teatro de Londres; Edison imprimió cientos de copias para que fueran proyectadas en Nueva York;
Méliès nunca recibió un centavo. Para frenar la propagación en el extranjero de films obtenidos de forma ilegal, introdujo entonces, en cada cuadro de sus películas, la marca de su propia compañía de producción (la mencionada Star Films), depositando una copia de cada película en la Biblioteca del Congreso de Washington, donde todavía se encuentran archivadas.