Gerhard Domagk

A la edad de 20 años, Domagk, que luego ganaría un Premio Nobel, se enfrentó a los supuestos límites de la medicina a través de sus experiencias en la Primera Guerra Mundial. En ese momento, las operaciones que inicialmente tenían éxito a menudo se veían empañadas por enfermedades infecciosas fatales como la gangrena o la gangrena gaseosa. Las propiedades antisépticas de las sustancias entonces comunes, el cloro, el agua y el ácido carbólico, no duraban lo suficiente para combatir eficazmente estas enfermedades.

En 1914, Domagk recibió su diploma de la escuela secundaria en Liegnitz y comenzó un curso de estudios en medicina humana en la Universidad de Kiel. Después de tener que interrumpir sus estudios durante un tiempo debido a la guerra, se doctoró en 1921. Su título de posdoctorado lo obtuvo en 1924 en el Instituto de Patología de la Universidad de Greifswald.

En 1927 su tesis postdoctoral "Destrucción de enfermedades infecciosas a través del reticuloendotelio y el desarrollo de amiloide" llamó la atención del profesor Heinrich Hoerlein quien reclutó al joven científico para el departamento farmacéutico de Elberfeld.

En 1932, mientras buscaba una forma de combatir las infecciones bacterianas por medios químicos, Domagk se topó con el principio activo cloruro de dimetil bencil dodecil amonio, que más tarde se lanzó al mercado como una solución al 10 por ciento con el nombre comercial de Zephirol. El efecto antibacteriano intensivo de Zephirol y la buena compatibilidad con la piel rápidamente hicieron del producto un desinfectante de la piel indispensable y universalmente aplicable que todavía se usa hoy para desinfectar manos e instrumentos.

Animado por su éxito en la destrucción de patógenos fuera del cuerpo, el investigador comenzó a buscar formas de combatir también las bacterias dentro del cuerpo. Realizó una investigación intensiva basada en las propiedades antibacterianas de los grupos sulfonamida en los colorantes azoicos.

La sustancia D 4145 se mostró prometedora en estudios que implicaban el tratamiento quimioterapéutico de infecciones estreptocócicas. Después de dos años más de investigación, Domagk había desarrollado una sustancia muy eficaz que se introdujo en el mercado en 1935 con el nombre comercial Prontosil. Este fármaco permitió por primera vez tratar incluso las infecciones cocales más graves. La tasa de muerte por enfermedades como la meningitis, la fiebre puerperal y la neumonía se redujo drásticamente. Fue principalmente por el descubrimiento de Prontosil que Domagk fue galardonado con el Premio Nobel de Medicina en 1939. Sin embargo, no recibió el certificado oficial hasta después de la Segunda Guerra Mundial, ya que el régimen de Adolf Hitler había boicoteado al Comité del Nobel y no se permitió a los científicos alemanes aceptar el premio.

Gracias a la intensa investigación de Domagk, pronto se informó de nuevos avances en la lucha contra la tuberculosis pulmonar, que había demostrado ser difícil de tratar. A mediados de la década de 1950, el investigador de Bayer desarrolló una terapia combinada extremadamente bien tolerada en el Laboratorio Científico Central de Leverkusen.

Gerhard Domagk murió el 24 de abril de 1964 en Königsfeld im Schwarzwald, Alemania, como resultado de una degeneración cardíaca.