Giuseppe Garibaldi fue un patriota y soldado italiano, figura líder del Risorgimento. Sigue siendo quizás el más popular de todos los héroes italianos del Risorgimento, y un gran héroe revolucionario en el mundo occidental.
Garibaldi nació 4 de julio de 1807 en la ciudad de Niza en la actual Francia pero por entonces perteneciente al Reino de Cerdeña. En su juventud ingresó en la marina de guerra de Cerdeña. Bajo la influencia de Giuseppe Mazzini se vio envuelto en una fallida trama republicana y, condenado a muerte, debió escapar (1835) para América del Sur. Allí ganó su primera experiencia en la guerra de guerrillas.
Entre 1836 y 1842, luchó por el estado de Rio Grande do Sul, en su rebelión contra Brasil; a continuación y, hasta 1846 combatió en la Guerra Grande, ganado fama por su heroísmo. En Brasil conoció a Anita Ribeiro da Silva, con quien se casó en 1842.
Cuando la revolución se extendió por Europa en 1848, Garibaldi encontró un nuevo teatro de operaciones. A pesar de ser un republicano convencido, se unió a las fuerzas del rey Carlos Alberto de Cerdeña, en la guerra contra Austria. Después de la derrota de Cerdeña fue a Roma (1849) y, a la cabeza de algunas fuerzas improvisadas, combatió brillantemente para la efímera República Romana de Mazzini contra las muy superiores fuerzas francesas, que peleaban para el Papa Pío IX. Durante su espectacular retirada a través de Italia central, su esposa murió. El rey de Cerdeña le negó el asilo y debió irse a los Estados Unidos.
Garibaldi reanudó su vida en el mar, pero en 1854 regresó a Italia y pronto compró parte de la isla de Caprera. Para entonces, ya había renunciado al sueño de una república italiana y dio su apoyo a
Camillo Benso, conde de Cavour, declarando públicamente que la monarquía representada por Víctor Manuel II debía ser la base de la unidad italiana. La popularidad de Garibaldi ganó para la causa monárquica, muchos de los seguidores republicanos de Mazzini.
Garibaldi tomó parte en la guerra de 1859 contra Austria. Después del Tratado de Villafranca di Verona atacó violentamente a Cavour, denunciando la cesión de Saboya y su nativa Niza, a Francia.
En 1860, con la connivencia de Victor Manuel, Garibaldi se embarcó en la empresa que coronaría su vida: la conquista del reino de las Dos Sicilias. Con 1.000 voluntarios, los Camisas Rojas, llegó en mayo de 1860 a Sicilia, que se había rebelado contra Francisco II, rey de las Dos Sicilias, y conquistó la isla en una atrevida y espectacular campaña. A continuación, se dirigió a la parte continental, tomó Nápoles, y ganó una batalla decisiva en el río Volturno. Mazzini quería que la Italia liberada fuera una república, mientras la población aclamaba a Garibaldi como su gobernante, pero el propio Garibaldi se mantuvo leal a Víctor Manuel. Después de reunirse con el rey en Teano, cerca de Nápoles, renunció a sus conquistas a Cerdeña y se retiró a Caprera. Poco después (1861) Víctor Manuel fue proclamado rey de una Italia unida.
Sólo una parte del Estado Pontificio, incluyendo Roma, quedó fuera del nuevo reino. En 1862, Garibaldi dirigió un cuerpo de voluntarios contra Roma, pero el rey, por temor a la intervención internacional, envió un ejército italiano que derrotó a Garibaldi en Aspromonte. Garibaldi fue perdonado.
En la Guerra Austro-Prusiana de 1866 comandó una unidad de voluntarios, y en 1867 fue derrotado por las fuerzas francesas y papales en Mentana, al intentar una vez más capturar Roma. En la guerra franco-prusiana de 1870-71 comandó un grupo de voluntarios de Francia e Italia y ganó una batalla cerca de Dijon (1871). Garibaldi fue elegido para el Parlamento italiano en 1874, pero su carrera política fue mediocre y posteriormente renunció a su banca. En sus últimos años se retiró a la isla de Caprera, donde falleció el 2 de junio de 1882.