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Nació: | 23 Junio 1903 | Rusia |
Falleció: | 16 Diciembre 1983 |
Signo del zodiaco: | Cancer |
Grígori Vasilyevich Moromenko comenzó a trabajar en el mundo de las artes escénicas como decorador, electricista y actor en teatros. Durante la Guerra Civil en Rusia estuvo en una compañía de teatro que representaba obras en el frente de batalla. Fue ayudante de dirección y codirector hasta que la llegada del cine sonoro se convirtió en uno de los valedores que firmaron un manifiesto que aseguraba que incluir sonido en las películas era un arma de dos filos que alteraría el carácter internacional de las películas hasta un punto desconocido hasta el momento.
Aun así, Alexandrov viajó por Europa y los Estados Unidos con el fin de aprender todo lo que pudiera acerca del mundo del sonido, así como las instalaciones y los métodos de rodaje. A pesar de no lograr éxito en Hollywood, en México sí pudo trabajan en la dirección de un film que no se pudo terminar por motivos económicos y políticos.
Ya de vuelta a su Rusia natal, trabajó bajo las órdenes del propio Stalin, dirigiendo algunos trabajos con un marcado contenido propagandístico. Empezó a dirigir proyectos musicales de cine ruso, como la producción en la que conoció a la que sería su mujer, una actriz que había estado casada con un economista detenido por el régimen. Esto no resultó del agrado de Stalin, quien a pesar de disfrutar con sus películas no dejaba de acosar a la pareja, encarcelándolos o incluso ordenando ejecutar a algunos de sus amigos más íntimos.
Tras la muerte de Stalin, los trabajos de Alexandrov se centraron en películas cuyo tema eran los años anteriores a la revolución. Su esposa protagonizó la que fue su última película antes de que esta fuera encarcelada de nuevo. Nunca fue liberada y murió en prisión.
Ocho años después de su muerte, el director trabajó en el que sería su último trabajo, un documental que hablaba acerca de la carrera artística de su esposa. Ese mismo año, a consecuencia de una infección en el riñón murió, y se le enterró junto a su esposa en el cementerio Novodévichi, el más famoso de Moscú, que fue declarado Patrimonio de la Humanidad recientemente.
Alexandrov recibió durante su carrera una gran cantidad de premios, todos dentro de sus fronteras nativas, entre las que destacan la Orden de la Estrella Roja, la de Artista del Pueblo Ruso y la de la Orden de la Bandera Roja del Trabajo.