Fernando de Magallanes nace en Sabrosa,
Portugal, en la primavera de 1480. Fue un navegante que pasó desde el Océano Atlántico hasta el Pacífico. Su viaje comienza en 1519 partiendo desde Sevilla y bajando por el río Guadalquivir hasta
Sanlúcar de Barrameda, desembocando en el océano Atlántico. Su intención era encontrar una ruta hacia las Indias Orientales con el fin de llegar a las islas de las Especias.
Al llegar a las Canarias, siguen hasta las islas de Cabo Verde y las costas de Sierra Leona hasta llegar a Río de Janeiro. Siguen por el sur llegando hasta el Río de la Plata y de esta a la bahía de
San Julián. Llegan en pleno invierno y deciden quedarse hasta la llegada de la primavera para seguir navegando.
Durante su estancia se provocan diversos motines por la escasez de víveres y algunos capitanes son condenados a morir o a ser abandonados en las costas.
Al llegar la primavera prosiguen su camino y llegan al
Estrecho de Magallanes, pero el camino para llegar les trae problemas. Aun así, consiguen su tan anhelada misión. La travesía del Pacífico se llena de contratiempos y el hambre y el
escorbuto no ayudaron. Las escasas reservas de agua se pudrieron y las enfermedades irrumpieron estrepitosamente. Los tripulantes tuvieron que comer cuero reblandecido y serrín para poder sobrevivir.
Pero aconteció el milagro, y el 6 de marzo de
1521 encontraron una isla donde descansaron y recogieron víveres... los habitantes de aquel páramo les obsequiaron con regalos para mostrar su hospitalidad.
Siguieron el recorrido hasta llegar al Extremo Oriente, en las
Molucas, terminando el viaje que
Cristobal Colón había comenzado. Al cabo de poco tiempo Magallanes es asesinado en la Batalla de Mactán, en Filipinas. El viaje prosigue al mando de Juan Sebastián Elcano, amigo y hombre de confianza que sirvió durante mucho tiempo a Fernando.
Regresan a España entrando por Portugal bordeando antes África. Llegan al puerto de Sanlúcar de Barrameda el 6 de septiembre de 1522 en la nave Victoria con tan solo 18 tripulantes de los más de doscientos que partieron.
Tan solo llegó la nave
Victoria, cuyo nombre hizo justicia a la hazaña, aunque en este caso desafortunada pudieron establecer la tan ansiada ruta que tenía planeada Magallanes.