Ignacio Aldama

Estudiante de leyes por la Universidad de Ciudad de México, se unió en San Miguel el Grande, la ciudad donde nació, a los insurgentes que querían la independencia del imperio español. Se le designó mariscal de campo y cuando se enteró de que las tropas de Félix María Calleja se acercaban a la población insurgente, trasladó a toda su familia para reunirse al grueso del ejército mexicano independentista.

Junto a su hermano Juan, participó activamente en todas las movilizaciones del movimiento insurgente a pesar de que su participación en la política y el organigrama de poder de la corona española, pues para esa fecha era el alcalde de San Miguel. En su puesto como alcalde lanzó proclamas independentistas e incluso firmó un acuerdo de adhesión y reconocimiento como figura de autoridad al cura Miguel Hidalgo, con lo que fue expulsado del Colegio de Abogados. Su hermano Juan participó igual de activamente en la revuelta que dio lugar a la independencia del país. Él era el capitán del regimiento de caballería de las milicias de la reina mientras participaba en la conjura contra la corona, pero fue descubierto y se vio obligado a abandonar San Miguel y unirse a los conspiradores de forma abierta.

Se le nombró embajador del movimiento revolucionario para los Estados Unidos y se le ordenó conseguir armamento para la guerra, por lo que se trasladó a San Antonio (Texas), pero antes de llegar fue atrapado por los contrarrevolucionarios y se le practicó un juicio sumarísimo acusado de alta traición tras lo cual fue obligado a escribir en un manifiesto una petición de perdón por sus acciones. Se le condenó a morir a manos de un pelotón de fusilamiento y se le ejecutó en 18 de Junio de 1811. Ocho días más tarde también fue ejecutado su hermano junto a otros tres rebeldes, a quienes se les cortó la cabeza y se expuso como escarmiento de la población.

Pero la independencia de México ya estaba en marcha, y a pesar de aplacar a golpe de arma las revueltas esta se convirtió en una realidad diez años más tarde, cuando las tropas del ejército revolucionario entró en la Ciudad de México y alzarse con la victoria forzando el tratado en el que los territorios conocidos como Nueva España se convirtieron en el Imperio Mexicano, y tras varios intentos de reconquista unos años después la corona española reconoció la independencia de la nación.