El pionero de la aviación
Igor Ivanovich Sikorsky nació en Kiev el 25 de mayo de 1889. Ambos padres eran médicos, pero la influencia más importante en su futura carrera fue de su madre, Mariya, que no ejercía de forma profesional, y tuvo el tiempo para transmitirle su pasión por Leonardo Da Vinci. Ella lo animóa hacer sus primeros experimentos con máquinas de vuelo, e
Igor, con sólo doce años de edad, construyó un modelo de helicóptero que podía volar.
En 1903 entró en la Academia Naval, pero su pasión era la ingeniería aeroespacial por lo que dimitió después de sólo tres años, y a continuación, comenzó a estudiar en el Politécnico de Kiev. El punto de inflexión en su vida se produjo después de un viaje a Europa en 1908, donde entró en contacto con un grupo de inventores, incluyendo los hermanos Wright, que estaban tratando de encontrar soluciones para los problemas relacionados a los vuelos.
De vuelta en casa, Sikorsky llegó a la conclusión que su maestro de la juventud, Leonardo Da Vinci, tenía razón y que el principal problema era llegar a hacer el vuelo. Elaboró así el concepto de rotor horizontal y, asistido financieramente por su hermana Olga, se fue a París a estudiar una solución técnica. En el mismo año comenzó a construir el primer helicóptero en Kiev.
Antes que su su prototipo pudiera volar se vió obligado a hacer muchos experimentos, pero finalmente, en el verano de 1911, lo mantuvo en el aire por más de una hora a una altura de 450 metros. Gracias a este éxito también obtuvo la patente de piloto con el número de licencia 64.
Igor Sikorsky avanzó después a pasos agigantados proyectando en 1913 el primer avión con cuatro motores a combustión interna, el Le grand precursor de los aviones modernos de línea. Entre sus innovaciones la más importantes fue la introducción de una cabina completamente cerrada para el piloto; esta innovación fue universalmente adoptado en 1920. La idea de los cuatro motores nació de un curioso episodio: durante el vuelo de prueba de un aeroplano, un mosquito entró en el tanque, lo que obligó a la aeronave a realizar un aterrizaje forzoso. Igor comenzó a pensar que se debía garantizar la funcionalidad de una aeronave, incluso en presencia de contratiempos tales como la del mosquito: de allí surgió la idea de los cuatro motores.
Debido a la difícil situación política en Europa y, en particular, rusa después de la Revolución de octubre, su posición se volvió muy precaria: Sikorsky tuvo pocas posibilidades de continuar su obra. Decidió entonces, tentar su suerte en los Estados Unidos y llegó a Nueva York en marzo de 1919. El comienzo no fue fácil, sin embargo a pesar de su brillante carrera europea, pasó los primeros años de los EE.UU. trabajando de maestro y tratando de encontrar trabajo en la industria de las aerolíneas.
Finalmente se asoció con algunos antiguos oficiales rusos, fundando su propia compañía: la Sikorsky Aero Engineering Corporation con sede en Roosevelt Field en Long Island. Al mismo tiempo se casó y se convirtió oficialmente en ciudadano estadounidense en 1928, dando nacimiento a una familia bastante grande: una hija y cuatro hijos.
Con su compañía produjo hidroaviones utilizados para vuelos transatlánticos y aeronaves equipadas por primera vez con un solo rotor de tres palas impulsado por 75 caballos de fuerza.
En 1930, finalmente, pudo volver a su primer amor: los helicópteros. Una vez más fue capaz de lograr soluciones que le permitieron empezar a diseñar la construcción del VS-300. El vuelo de prueba del VS-300 fue seguido por el propio Igor Sikorsky, que en 1941 logró establecer un registro internacional de permanencia en el aire durante 1 hora y 32,4 segundos. Su idea de un helicóptero no era militar, pero el mismoi Sikorsky no podría haber predicho que gracias a sus intuiciones los helicópteros se convertirían en aviones de combate. Su idea era que enfuesen medios de salvataje para personas en medio de calamidades o incendios.
Después de más de cuarenta años de actividad, en 1957, Igor Sikorsky se retiró, pero siguió trabajando como consultor hasta el día de su muerte el 26 de octubre 1972.
Sikorsky es definitivamente el ingeniero que más influyó en la historia de la aviación del siglo XX, gracias a sus muchas ideas y soluciones técnicas. Además de los resultados de su trabajo como ingeniero aeroespacial, dejó para la posteridad las huellas de su profunda religiosidad: los tratados religiosos "El mensaje de la Oración del Señor" y" "El Encuentro Invisible".