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Nació: | 14 Julio 1918 | Suecia |
Signo del zodiaco: | Cancer |
Ingman Bergman, nació en Uppsala, Suecia, fue el segundo hijo de un pastor luterano, Erik, y de Karin Åkerblom. La religión influyó tanto en su niñez como en su adolescencia, su educación estuvo basada en los conceptos luteranos de "pecado, confesión, castigo, perdón y redención". No resulta pues extraño que, tanto él como su hermana Margareta, se refugiaran en un universo imaginario: juntos compraban trozos de película para el proyector familiar y construyeron también un teatro de marionetas. Bergman no contaba aún veinte años cuando dejó a sus padres para instalarse en Estocolmo.
A partir de los trece años estudió bachillerato en una escuela privada de Estocolmo, para luego licenciarse en Letras e Historia del Arte en la Universidad. Durante los años de la Segunda Guerra Mundial, ya distanciado de su familia, inició su carrera como ayudante de dirección en el Teatro de la Ópera Real de Estocolmo.
Desde entonces, se dedicó al teatro universitario y fue en esta época, entre finales de los '30 y comienzos de los '40, cuando entabló amistad con Erland Josephson y Vilgot Sjöman. En 1942, tras el estreno de una de sus obras, "La muerte de Punch", Bergman fue invitado a formar parte del equipo de guionistas de la Svensk Filmindustri, donde pasó dos años revisando guiones, mientras seguía escribiendo obras favorablemente acogidas por la crítica. Mientras realizaba ese trabajo, recordó que una vez había escrito una novella sobre sus último año como estudiante. Fue allí cuando en el siguiente guión que tuvo que reescribir, hizo el arreglo acostumbrado y luego escribió otro guión basado en su propia novela, enviando los dos a la compañía. El guión era “Tormento” (Hets - 1944) y fue el primerp de Bergman que se transformo en una película (de Alf Sjöberg). También representó su primer trabajo como director ya que al estar Alf Sjöberg ocupado, se encargó a Bergman la dirección de las últimas escenas de este film.
Al año siguiente, 1945, la Svensk Filmindustri ofrece a Bergman la oportunidad de dirigir su primera película completa, "Kris", adaptación de una obra danesa cuyo protagonista, como en casi todos sus primeros trabajos, es un alter ego apenas encubierto del autor, que expresa así sus temores, ansiedades, aversiones o aspiraciones personales. Irremediablemente separado de su entorno, el ser humano se halla constantemente en conflicto con la autoridad en cualquiera de sus manifestaciones, sin tener ni siquiera posibilidad de creer en una fuerza superior. "Barco hacia la India" (1947) y "Prisión" (1948) son perfectamente representativas de este periodo
La narrativa visual bergmaniana suele ser deliberadamente lenta, con un montaje y una secuencia de planos mesurados, esto con el fin de lograr un suficiente tiempo de reflexión entre los espectadores; otra característica de la estética bergmaniana es la limpieza de las imágenes.
En sus películas, Bergman presenta su visión del carácter extremo de su amada Suecia: La depresión claustrofóbica de sus eternas noches invernales, la gentil felicidad de las tarde de verano y la oscura majestuosidad de la isla donde pasó sus últimos días.
Bergman abordó temas difíciles como la plaga y la locura con una técnica innovadora y guiones inmaculados, convirtiéndose en una de las principales figuras del cine.
Sus siguientes películas "Prisión" (1948), "La sed" (1949) y "Hacia la felicidad" (1949), encaran otro tema muy central en el, en su ojo cinéfilo, la pareja. Las relaciones de convivencia, poder, amor, deseo, cuerpo tras cuerpo, la pareja enredada en una lucha sin cuartel.
Los años '50 permitieron afianzarse a Bergman. Al principio de la década rodó dos brillantes historias de amor que exaltaban a la vez el esplendor del verano sueco y los fuegos efímeros de la pasión: "Juegos de verano" (1950) y "Un verano con Monika" (1952), donde alcanzó su plenitud..
La carrera de Bergman en Suecia estuvo a punto de verse frenada a causa de la desfavorable recepción crítica de "Noche de circo" (1953), un análisis mordaz del deseo, el sentimiento de culpa y la vulnerabilidad humana. Pero la obtención por parte de "Sonrisa de una noche de verano", del Premio Especial del Jurado en el Festival de Cannes de 1955, volvió a situarle en posición privilegiada y le permitió abordar un proyecto que acariciaba desde tiempo atrás: "El séptimo sello" (1956), alegoría sobre la vida y la muerte donde refleja a la vez su concepción afectiva e intelectual de Dios y su intuición del posible holocausto nuclear. Con este film, el director se convirtió en un maduro del arte escénico.
La trilogía formada por "Como en un espejo" (1961), "Los comulgantes" (1962) y "El silencio" (1963) le permitió ajustar cuentas definitivamente con su educación religiosa. Dejando a un lado su preocupación por el lugar del hombre en el Universo para considerar el del artísta en el seno de la sociedad, Bergman, se convirtió en portavoz intelectual de su tiempo, persuadido de que el ser humano había llegado a una fase crítica de su evolución y de que la apatía del mundo moderno era tan sólo el reflejo de un cierto desencanto. "Persona" (1966), una obra profundamente marcada por la influencia de Jung y el psicoanálisis, reunió a Bergman, que entonces vivia en la desolada isla de Faro, con la acrtiz noruega Liv Ullman, protagonista de muchas de sus películas junto a Max von Sydow, otro gran actor sueco.
De su época de violencia, aparecen los títulos "La hora del lobo" (1967), "La vergüenza" (1968) o "Pasión" (1970). Por otro lado "Gritos y susurros" (1972), que trata sobre los últimos días de vida de una mujer enferma de cáncer y del comportamiento de sus hermanas, se convierte en su mayor obra maestra, para muchos críticos.
En 1976, un escándalo fiscal llevó a Begman a exiliarse en Munich, donde dirigió para Dino de Laurentiis "El huevo de la serpiente" (1977), ambiciosa reconstrucción del Berlín inmediato a la posguerra.
En 1982, presentó "Fanny y Alexander" y anunció que sería su última producción para la pantalla grande. Fuertes connotaciones autobiográficas aclaran retrospectivamente los temas de su obra: la fascinación por el mundo de los actores, el temor a los tabúes religiosos, la complicidad con el universo femenino, el descubrimiento de la muerte… Todo dentro del marco de una gran familia de Upsala a principios del siglo XX, visto a través de los ojos de un niño de doce años que, una vez más, puede considerarse el alter ego de Bergman. Su última película "Saraband" (2003), fue nuevamente aclamada por la critica.
El director falleció el 30 de julio de 2007 a los 89 años en la isla de Fårö, a la que se había retirado, el mismo día que falleció el director italiano Michelangelo Antonioni.