|
Nació: | 09 Octubre 1892 | Rusia |
Falleció: | 13 Marzo 1975 |
Signo del zodiaco: | Libra |
Ganador del premio Nobel de Literatura en el 1961, Iván Andric perdió a su padre cuando era solo un infante, y como su madre no contaba con los recursos necesarios para mantenerlo lo mandó a casa de su familia para que lo criaran. Sarajevo fue la ciudad en la que comenzó a escribir poesías, mientras realizaba sus estudios en al escuela secundaria, algunos de los cuales fueron publicados en revistas.
En la Primera Guerra Mundial Andric, nacionalista reconocido, fue acusado de revolucionario y detenido por el gobierno austríaco, durante cuya reclusión sufrió una afección pulmonar que le llevó hasta un Hospital de Zagreb. Formó parte de los amnistiados que fueron liberados poco antes del final de la guerra y tras su liberación comenzó a preparar una revista literaria y a publicar sus obras.
Cuando Serbia, Croacia y Eslovenia se convirtieron en un gobierno autónomo, Andric consiguió un puesto de trabajo como funcionario, y se dedicó a su trabajo y a integrarse en los círculos literarios de Belgrado, dedicando largos ratos a relacionarse con otros escritores.
Posteriormente fue nombrado diplomático y enviado como representante de Yugoslavia a distintos lugares, aunque su pasión por el mundo de la literatura siguió teniendo un lugar de importancia en su vida, escribiendo nuevas obras entre las que se incluyen libros de poesía y relatos cortos.
Terminó sus estudios universitarios, que habían sido interrumpidos como consecuencia de la guerra, y se hizo con un doctorado en Filosofía. Ese mismo año publicó el que sería su primer libro de cuentos. Llegó a ser embajador de Yugoslavia en Alemania, aunque la llegada de la Segunda Guerra Mundial le hizo dimitir de sus labores diplomáticas y regresar a Belgrado, de donde nunca más saldría.
Al concederle el Premio Nobel de Literatura, el comité del premio reconoció sobre todo la fuerza que le infería a sus obras, destacando sobre todo la forma en la que expresaba el modo en el que afectaba a las personas el destino de la historia de su país natal. Está considerado como uno de los mejores escritores de Yugoslavia, si no el mejor de todos ellos, con una exquisita mezcla de escenas trágicas, cómicas y épicas. Su muerte en 1975 dejó sin terminar su última obra, en la que escribía acerca de la historia y el sentir de un renegado, alertando a sus conciudadanos del peligro de una guerra civil que amenaza su país.