John Edgar Hoover nació en Washington (EE.UU.), el 1 de enero de 1895. Hijo de Dickerson Hoover, un grabador profesional. El joven
John Edgar debió inmediatamente hacerse cargo de la familia después de la muerte de su padre, que los sumió en una delicada condición económica. El niño, de mala gana, tuvo que abandonar sus estudios y encontró un trabajo como cadete en la Biblioteca del Congreso. Muy ambicioso, el joven estudió en forma privada para obtener su título en Derecho en la George Washington University.
Después de graduarse en 1917, un tío, juez de profesión, le ayudó a entrar en el Departamento de Justicia. Pasaron unos pocos meses, y, en el umbral de 1920, el recién graduado Hoover fue acogido bajo el ala del fiscal general Alexander Palmer, que lo eligió como su asistente especial.
En ese momento, en el Departamento de Justicia de la capital estadounidense, se estaba creando una nueva sección, para ocuparse de investigar sospechas "revolucionarias y ultra-revolucionarias" cercnas al Partido Comunista. Esta línea investigativa quedó a cargo de Hoover que entonces, desde su joven edad, en su breve y brillante carrera, comenzó su trabajo de lucha contra el comunismo.
En las dependencias de Palmer, Hoover llevó a cabo un trabajo monumental. Influenciado por su trabajo realizado años atrás en la biblioteca, decidió dar vida a un enorme archivo, que le permitió clasificar a todos los presuntos comunistas y supuestos revolucionarios.
El 7 de noviembre de 1919, en el segundo aniversario de la revolución rusa, Hoover detuvo a más de diez sospechosos, entre comunistas y anarquistas, en más de veinte ciudades de Estados Unidos. Pero pronto se dio cuenta que tenía que liberar a la mayoría de ellos, por falta de evidencia pero, al llevarlos a la corte tuvo la idea de incluir en sus archivos los nombres de todos los abogados, a menudo gratuitos, que defendían a los acusados de subversivos.
Para coronar su cuestionable compromiso, le llegó un caso de alto perfil, que Hoover logró ganar a pesar de la dificultad del tema. El "cazador de comunistas" se las arregló para demostrar que Emma Goldman, a pesar de sus treinta y cuatro años, vividos en su totalidad en los EE.UU., debía ser considerara entre los potenciales subversivos y revolucionarios; cuando finalizó el proceso, la hizo deportar a Rusia.
Esta acción tuvo un efecto devastador en el Partido Comunista de Estados Unidos. De sus más de 80.000 miembros, se redujo a aproximadamente 6.000, casi desapareciendo de hecho de los Estados Unidos. En 1921, Hoover fur recompensado con el puesto de Director Adjunto del FBI, y tres años más tarde, en 1924, cuando Calvin Coolidge era presidente de los Estados Unidos, fue nombrado director.
Cuando tomó las riendas de la Oficina Federal de Investigaciones, ésta tenía sólo 600 agentes en servicio. Al final de su mandato los federales serían alrededor de 6.000. Entre sus primeras medidas, Hoover se deshizo de los recomendados, estableciendo una férrea disciplina, con métodos muy estrictos de formación y selección.
En 1926 creó un archivo basado en su experiencia pasada, que muy pronto resultaría ser el mayor en el mundo. Sin embargo, en los primeros años, el departamento era principalmente un organismo de control y observación. En 1935 Hoover recibió del Congreso el encargo de que el FBI se convirtiera en una verdadera máquina de combate contra la delincuencia, siendo capaz incluso de realizar detenciones y tomar otras medidas propias de otras fuerzas de policía.
Durante este tiempo Clyde Tolson fue designado como su adjunto y continuó siendo su brazo derecho durante más de cuarenta años. La pareja, conocida dentro del departamento por el apodo de "J Edna y madre y Tolson", se convirtió a lo largo de los años en objeto de un buen número de rumores, centrado en la supuesta relación homosexual entre ambos. Incluso el periodista Ray Tucker dio la noticia de la presunta homosexualidad del director del FBI, escribiendo en la revista "Collier". Sin embargo, para intimidar a Tucker y a otros periodistas de profundizar en el tema, el mismo departamento puso su nombre entre los sospechosos de subversión, incluso filtrando algunos rumores sobre él.
La misma operación falló en contra del jefe de la mafia Meyer Lansky; parece que durante esos años el criminal chantajeó el FBI, después de haber obtenido pruebas fotográficas de la homosexualidad Hoover: esto le dio la oportunidad de mantener alejados a los federales de sus actividades ilegales.
En los años '40, además de armas, la Oficina también se dotó de un laboratorio científico y una academia nacional, dos logros firmados por el nuevo director.
Hoover también obtuvo del presidente
Franklin D. Roosevelt la oportunidad de investigar, incluso en casos de espionaje internacional, dándole aún más poder en su caza de comunistas.
Posteriormente, el jefe del FBI se convenció de que algunos miembros del gobierno de
Harry S. Truman eran de hecho miembros del Partido Comunista ruso y cuando el Presidente le ordenó que abandonara esta investigación, inició una fuga de noticias indiscretas, precisamente en relación con esos altos funcionarios de Estado.
La obsesión de Hoover alcanzó su punto culminante en 1959, cuando sus agentes se dividieron en 489 unidades que se ocuparon de espionaje rojo, y sólo 4 de la mafia. No obstante, el departamento por él dirigido pasaría a la historia por haber luchado durante mucho tiempo el fenómeno del gangsterismo, eliminando de la escena estadounidenses a criminales como John Dillinger y George "ametralladora" Kelly.
Entre los años 50 y los años 60, sin embargo, comenzó la declinación del prestigio en el
J. Edgar Hoover, en paralelo con la aparición y el fortalecimiento del denominado "Programa de Cointelpro", diseñado para identificar a los ciudadanos de Estados Unidos simpatizantes al comunismo. En la supuesta red hay nombres como el de Charlie Chaplin y
Martin Luther King: el jefe del FBI fue acusado de violación a los derechos civiles.
Cuando murió, el 2 de mayo de 1972, J. Edgar Hoover estaba todavía en funciones a la edad de 77 años.
Con 48 años, su dirección sigue siendo siempre la más larga en la historia americana: el entonces presidente
Richard Nixon decidió que, después de
Hoover, el liderazgo de la Oficina no pudiera confiarse a la misma persona por un plazo superior a diez años. A la luz de esta decisión, existe la plena seguridad de que
Hoover utilizó su archivo que conservar la conducción del organismo el mayor tiempo posible, usando la información confidencial, que obtenía de los distintos presidentes, para mantenerlos bajo control.
En 2011, el director estadounidense
Clint Eastwood filmó la película biográfica "
J. Edgar", con
Leonardo DiCaprio interpretando a
Hoover. En el año 2000 el actor Ernest Borgnine había dirigido y protagonizado la película "Hoover".