Jacopo Bellini

Fue entrenado por el artista de Umbría, Gentile da Fabriano, y en 1423 acompañó a su maestro a Florencia. Allí, el progreso hecho en fidelidad a la naturaleza y en el dominio de la gracia clásica de maestros como Donatello y Lorenzo Ghiberti, Masaccio y Paolo Uccello le ofrecieron a Jacopo una mayor inspiración.

En 1429, se instaló en Venecia y estableciéndose como el pintor más importante de la ciudad. El uso del pigmento dorado en los aspectos más destacados de obras como su "Madonna" (c.1438; Accademia, Venecia) muestra que Jacopo conservaba elementos derivados del arte bizantino, mientras que las ricas túnicas del Niño y el fondo estampado de los ángeles revelan su continuo interés en el alto estilo decorativo en el que fue entrenado, convencionalmente llamado Gótico Internacional. Sin embargo, el modelado de las figuras, la confiada representación de los pliegues de las telas y la precisa perspectiva, indican una excelente comprensión del arte progresivo de la Florencia del siglo XV. En la "Crucifixión" de tamaño real (Museo di Castelvecchio, Verona), la escena sobria y sombría se ajusta estrictamente al estilo renacentista florentino de Masaccio y repudia la rica coloración y gracia cortesana de las obras conocidas de Bellini.

Más importantes que sus pinturas son sus dos libros de dibujos (hacia 1450). El Louvre de París y el Museo Británico de Londres poseen cada uno uno de estos cuadernos de bocetos. Los dibujos muestran una gran variedad de escenas, que los artistas usaron como modelos para sus composiciones, hasta bien entrado el siglo XVI. En dibujos tales como "Natividad", "Flagelación" y "La Predicación de Juan el Bautista" Jacopo experimentó con perspectiva lineal y fue uno de los primeros en hacer que las figuras disminuyeran en el espacio usando reglas de perspectiva aplicadas anteriormente solo a las representaciones de arquitectónicasa. 

La "Crucifixión" (Museo Británico, Londres) se encuentra entre los experimentos de composición más audaces de Jacopo. Posiblemente por primera vez en el arte, las tres cruces se ven en un ángulo en lugar de frontalmente, y las espaldas de los soldados se vuelven hacia el espectador, otorgando una espontaneidad e inmediatez poco común en el arte italiano de la época. 

La gran influencia de Jacopo en el arte veneciano se intensificó a través del trabajo de sus hijos, Gentile y Giovanni, y su yerno, Andrea Mantegna, todos ellos pintores destacados en las cercanías de Venecia.