En la primera mitad del siglo XVI, surgieron los mayores reformadores de la cristiandad europea: Juan Calvino y Martín Lutero.
Calvino, sin embargo, a diferencia de Lutero, quería ser el legislador de una sociedad tendiente hacia el capitalismo salvaje, mientras que Lutero se limitaba a considerar la actividad comercial de la burguesía como un aspecto de la sociedad feudal a la que había que dar más espacio, pero siempre dentro de los límites de feudalismo.
Nacido el 10 de julio 1509 en Noyon (Francia), Juan Calvino pronto se alejó de la Iglesia, firmemente convencido que la felicidad eterna estaba destinada a unos pocos elegidos y concedida sólo por la gracia divina. También creía que después de la muerte, el hecho de ir al cielo o al infierno ya estaba predestinado. Sus seguidores siempre se limitaron a pasar sus vidas trabajando, a la espera de una señal de Dios.
De acuerdo con el pensamiento de Calvino, el trabajo equivalía a alabar a Dios. Calvino hacía del trabajo, una forma de glorificar a Dios, para manifestar visiblemente la fuerza de la fe y su fundamento en la gracia. Sólo subordinándolo al bien común, el enriquecimiento y los beneficios resultantes serían considerados justos. En este sentido, Calvino es considerado el precursor del capitalismo.
Los puritanos del norte de Europa fueron los primeros discípulos de Calvino, los primeros en seguir el ejemplo dictado por el teólogo francés, con un estilo de vida orientado a la diligencia, la sobriedad y la moderación y con la impronta exclusiva en el trabajo.
Incluso el economista y sociólogo alemán
Max Weber en su libro "Etica protestante y el espíritu del capitalismo" habló a a menudo de la relación entre el beneficio y el calvinismo. El trabajo productivo de acuerdo a
Calvino, se convirtió en una forma de oración, una ofrenda a Dios de sus propias certezas. Pero incluso de acuerdo con el teólogo y humanista, era correcto distinguir la usura, a través de la cual se oprimían y explotaban a los pobres, con los préstamos, los intereses y las inversiones productivas. Según Calvino, la misma religión era considerada como el principio del gobierno de uno mismo, en el comportamiento de todos los días.
Juan Calvino murió en Ginebra 27 de mayo 1564.