Juan Vicente Gómez

Juan Vicente Gómez Chacón nació el 24 de julio de 1857 en el estado montañoso de Táchira y prácticamente no tuvo educación formal. Comenzó a trabajar como vaquero y, en pocos años, fue dueño de una sustancial propiedad en su tierra natal. También se involucró en la turbulenta política local de su región.

En política Gómez se asoció con otro nativo de Táchira, Cipriano Castro, que lideró varias guerras civiles de las últimas décadas del siglo XIX. Cuando Castro organizó, desde el exilio en Colombia, una invasión a su patria, Gómez lo acompañó en el esfuerzo, y cuando tuvo éxito y Castro se convirtió en presidente de Venezuela, Gómez fue recompensado con la vicepresidencia.

Aunque Gómez ya había adquirido una amplia reputación como conspirador y tramposo, Castro fue lo suficientemente imprudente como para irse a Europa para recibir atención médica en 1908. Gómez rápidamente tomó el poder y le pidió al Presidente que no regresara. Desde entonces hasta su muerte, Gómez dominó completamente al gobierno, aunque se dedicó a la presidencia sólo una parte del tiempo.

Durante el régimen de Gómez, se descubrió el petróleo y comenzó a ser explotado en gran escala. El primer pozo de petróleo fue traído en 1914, y durante la siguiente década y media hubo una frenética lucha por las concesiones a las grandes compañías petroleras internacionales. Gómez negociaba astutamente con estas empresas, tal vez más a su favor que al de Venezuela. En la década de 1930 el país se había convertido en uno de los principales productores de petróleo del mundo y las finanzas del gobierno venezolano se habían expandido dramáticamente.

Gómez aprovechó este cambio para construir lo que en aquella época se decía que era la mayor fortuna de América del Sur, mientras consideraba a Venezuela en gran medida como su plantación personal.

Con el aumento de los ingresos del gobierno, Gómez pagó toda la deuda externa de la república; montó un apreciable programa de construcción de carreteras en el interior, y modernizó el armamento de los militares, de los cuales dependía en gran medida para su continuación en el poder. Mientras tanto, su régimen era tan arbitrario que se hizo muy conocido como el "tirano de los Andes". Los oponentes eran eliminados sin piedad luego de ser encarcelados, donde frecuentemente eran torturados o asesinados. Miles de personas huyeron al exilio para evitar la ira del régimen.

El poder permaneció esencialmente en manos de la ruda gente de montaña que había descendido sobre la capital a principios de siglo. El ejército venezolano estaba lleno de generales que habían ganado su rango por lealtad a Gómez y compartían con él los ingresos de la explotación del país. Se les permitió apoderarse de tierras y otros bienes siempre y cuando no desafiaran al dictador. El propio Gómez adquirió plantaciones en todo el país y se informó que en realidad había asignado varias unidades del ejército para cultivar varias de ellas en su nombre. 

Hubo numerosos complots contra su régimen. En varias ocasiones, las invasiones fueron montadas por oposicionistas de las islas de la costa tales como Trinidad y Curaçao. En mayo de 1928, los estudiantes universitarios de Caracas se rebelaron y se apoderaron del palacio presidencial -donde Gómez raramente permanecía- pero finalmente fueron suprimidos. Sin embargo, ninguno de estos intentos de expulsar al dictador prosperó, y murió pacíficamente en su cama en Maracay el 17 de diciembre de 1935.