Juan Vucetich

Las huellas dactilares ya se usaban en tabletas de arcilla para transacciones comerciales en la antigua Babilonia y más recientemente en el siglo XIV con fines de identificación. Pero en 1788, JC Mayers reconoció que las crestas papilares únicas. Sin embargo, hasta 1890, la tecnología utilizada para la individualización era el método antropométrico diseñado por el criminalista francés Alphonse Bertillon (1853-1914), basado en el tamaño del cuerpo, la cabeza y las extremidades.

En la década de 1880, la policía argentina consideró necesario crear un departamento que se encargara de identificar a las personas y le encargó al médico Augusto P. Drago que estudiara el método establecido por el Bertillon. Posteriormente, la Policía de la Ciudad de Buenos Aires creó una división dedicada a la identificación antropométrica. Mientras Drago estaba estableciendo una identificación antropométrica en Buenos Aires, Vucetich investigaba las huellas dactilares en la cercana Oficina de Identificación y Estadísticas dela ciudad de La Plata.

Inspirado por un artículo de la Revue Scientifique de Francia que informaba sobre los experimentos realizados por el científico inglés Francis Galton (1822-1911) con huellas dactilares y su posible uso en la identificación, Vucetich comenzó a recopilar impresiones de los diez dedos para incluirlas en las medidas antropométricas que tomaba de las personas arrestadas. Su intenso estudio lo llevó a confirmar que las huellas dactilares podían clasificarse por grupos. En 1891 ideó su propio método de clasificación de huellas dactilares mediante impresiones. También inventó los elementos necesarios para obtener la mejor calidad posible de huellas dactilares e implementó todos los recursos para sistematizar el método. No fue hasta 1894, sin embargo, que sus superiores estuvieron convencidos de que no eran necesarias las mediciones antropométricas además de los juegos completos de registros de huellas dactilares. En ese momento, Vucetich había perfeccionado su sistema de clasificación y pudo categorizar un gran número de tarjetas de huellas dactilares en pequeños grupos que se podían buscar fácilmente.

El nuevo procedimiento de reconocimiento del sistema de clasificación de Vucetich fue originalmente llamado "icnofalangometría" o método Galtoneano y más tarde fue cambiado a dactiloscopia por sugerencia de otro pionero de las huellas digitales, Francisco Latzina. Consistía en 101 tipos de huellas dactilares que Vucetich había clasificado personalmente según la taxonomía incompleta de Galton. El 1 de septiembre de 1891, el método comenzó a aplicarse oficialmente para la individualización de 23 delincuentes, y en marzo de 1892, Vucetich abrió la primera oficina de huellas dactilares en San Nicolás, Buenos Aires.

Poco tiempo después de la creación de la oficina, se obtuvo la primera condena por medio de pruebas de huellas dactilares en un juicio por asesinato. En junio de 1892, un colega de Vucetich, el inspector Eduardo Álvarez, tomó impresiones digitales en una escena del crimen en la ciudad de Necochea. Vucetich pudo identificar a Francisca Rojas, quien había asesinado a sus dos hijos y se había cortado la garganta en un intento de culpar a un trabajador de un rancho vecino. La sangrienta huella de Rojas se dejó en un poste de la puerta de su cabaña, se llevó a la oficina de huellas dactilares para compararla con las impresiones de huellas dactilares del trabajador del rancho, y finalmente se probó la identidad de Rojas como la asesina.

La información obtenida por el departamento de policía, a través de este sencillo y eficiente método de identificación de huellas dactilares, alentó al gobierno a ampliar el procedimiento de filiación y en 1900 se emitieron las primeras tarjetas de identificación. La policía argentina adoptó el método de clasificación de huellas dactilares de Vucetich y se extendió ampliamente a las fuerzas policiales de todo el mundo por ser científicamente eficiente y superior a los métodos existentes.

Vucetich publicó todos sus métodos, teorías y hallazgos en el libro Instrucciones generales para el sistema antropométrico y las impresiones digitales. Su trabajo Dactiloscopía Comparada salió en 1904 y se considera su obra maestra, lo que lo llevó a recibir premios y honores de todo el mundo.

Juan Vucetich creó el sistema más impecable de clasificación de huellas dactilares y se le atribuye ser la primera persona en usar una huella dactilar para resolver un crimen. Su trabajo y perseverancia fueron más allá de su compromiso. Hizo viajes de investigación a India y China para descubrir los orígenes de la identificación por huellas dactilares, asistió a congresos científicos y publicó numerosos libros basados en sus hallazgos.

Si bien el sistema de Juan Vucetich todavía se usa en la mayoría de los países americanos, el sistema de clasificación de huellas dactilares de William Henry, adoptado oficialmente por Scotland Yard como su sistema de identificación en 1901, continúa en uso en los Estados Unidos y en Europa. La mayoría de las agencias de identificación en todo el mundo utilizan el sistema de clasificación Vucetich o Henry. Las organizaciones internacionales como Interpol ahora utilizan ambos métodos.

Juan Vucetich murió en la ciudad de Dolores, provincia de Buenos Aires. Donó sus archivos y su biblioteca a la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional de La Plata, que sirvió para crear el museo que lleva su nombre. En honor a Vucetich, la Academia de Policía de La Plata ha sido nombrada "Escuela de policía Juan Vucetich".