Juvenal

Después de recibir una buena educación retórica, cuando tenía alrededor de treinta años comenzó a ejercer como abogado, sin embargo, al no obtener las ganancias esperadas, desde los cuarenta años se dedicó por completo a la escritura.

Viviendo en la incómoda posición de cliens (protegido), a la sombra de varios hombres poderosos, tenía que enfrentar una modesta autonomía económica y una libertad política igualmente ausente; es por este motivo que sus sátiras están impregnadas de un fuerte sentimiento pesimista, acompañado de nostalgia por los tiempos pasados.

El trabajo de Juvenal se recoge en dieciséis sátiras, distribuídas en cinco libros. Entre los más importantes, el Libro I tiene carácter de prefacio: en él se argumenta en contra de la decadencia de Roma, sobre todo moral, y en contra de las costumbres de la época.

Es la degradación ética de su ambiente lo que empuja a Juvenal a convertirse en un poeta satírico, como los revela en la frase "Difficile est saturam non scrivere", "es difícil no escribir sátira".

En sus escritos se descarga en particular contra las generaciones pasadas, no porque fueran peores que las contemporáneas, sino simplemente porque de esta manera tenía la oportunidad de criticar el presente, incluso de una manera violenta, sin referencias directas.

En la Sátira II habla, entre otras cosas, de la homosexualidad, una condición que define como una burbuja de la infamia, preanunciando incluso que llegará un momento en el que se registrarán las uniones entre homosexuales.

En la Sátira VI, lanza una muy fuerte diatriba contra las mujeres, a las que considera viciosas e inmorales. Las mujeres, de hecho, representan una más de blanco favoritos de sus escritos, en particular, las matronas romanas más libres y emancipadas, que son una fuente de destrucción y vergüenza a los ojos del poeta, debido a su facilidad y su libertad en la vida social.

Como es de esperar, la sátira VI se considera un documento misógino entre los más violentos jamás escritos: se inspira en Mesalina, a quien define una prostituta imperial ("Augusta meretrix"), para luego despotricar contra todas las mujeres.

En la VII Sátira, su blanco es la decadencia cultural de la época, causante de que el escritor sea pobre y no pueda lograr una posición destacada, a diferencia de lo que hubiera ocurrido en la época de Augusto.

La Sátira XIV es una discusión sobre la educación de los niños y la importancia de combinar la educación comn ejemplos específicos, mientras que la Sátira XV relata incluso un episodio de canibalismo producido en Egipto, a consecuencia de un fanatismo religioso extremo.

Los escritos de Juvenal revela la profunda frustración del poeta por su rol y su maltratada imagen y obligado en muchos casos a vivir en la pobreza. Es así como surgen, entonces, los versos de protesta y rabia, combinados con una añoranza por los tiempos antiguos, donde la moral "agrícola" permitía a todos vivir de una manera feliz.

Juvenal continuó con su actividad de escritori hasta la llegada al poder del Emperador Adriano. En los últimos años de su producción literaria optó por prescindir, de forma explícita, de la indignación que lo había caracterizado en el pasado, para pasar a un comportamiento más desencantado, una visión más independiente, de indiferencia, apatía o incluso estoicismo: desde este punto de vista, se reconcilió en la tradición satírica que le había atraído de joven, y que luego había rechazado. En este sentido, sus comentarios son más abstractos y generales (y no tan explícitos y directos como antes) pero sobre todo, más tranquilo.

Juvenal murió alrededor del 127 dC, aunque la escasa información biográfica sobre el poeta, hace que sea casi imposible proporcionar una fecha más fiable y precisa.