Lech Walesa

Durante el enfrentamiento de diciembre de 1970 entre los trabajadores y el gobierno, fue uno de los líderes de los trabajadores del astillero y fue detenido brevemente. Sin embargo, en 1976, como resultado de sus actividades como delegado sindical, fue despedido y tuvo que ganarse la vida tomando trabajos temporales.

En 1978, con otros activistas, comenzó a organizar sindicatos libres no comunistas y participó en muchas acciones en la costa del mar. El servicio de seguridad del estado lo mantuvo bajo vigilancia y fue detenido con frecuencia.

En agosto de 1980 encabezó la huelga de los astilleros de Gdansk, que dio lugar a una ola de huelgas en gran parte del país. Las principales demandas eran por los derechos de los trabajadores. Las autoridades se vieron obligadas a capitular y negociar con Walesa el Acuerdo de Gdansk del 31 de agosto de 1980, que otorgó a los trabajadores el derecho a huelga y de organizar su propio sindicato independiente.

La Iglesia Católica apoyó el movimiento y, en enero de 1981, Walesa fue cordialmente recibido por el Papa Juan Pablo II en el Vaticano. El propio Walesa siempre ha considerado su catolicismo como una fuente de fuerza e inspiración. En los años 1980-81, viajó a Italia, Japón, Suecia, Francia y Suiza como invitado de la Organización Internacional del Trabajo. En septiembre de 1981 fue elegido presidente de Solidaridad en el Primer Congreso Nacional de Solidaridad en Gdansk.

El breve disfrute del país de relativa libertad terminó en diciembre de 1981, cuando el general Jaruzelski, por temor a la intervención armada soviética entre otras consideraciones, impuso la ley marcial, "suspendió" Solidaridad, arrestó a muchos de sus líderes e internó a Walesa en una casa de campo en un lugar remoto. 

En noviembre de 1982, Walesa fue liberado y reinstalado en los astilleros de Gdansk. Aunque se le mantuvo bajo vigilancia, logró mantener un vivo contacto con los líderes de Solidaridad en la clandestinidad. Si bien la ley marcial se levantó en julio de 1983, muchas de las restricciones continuaron en el código civil. En octubre de 1983, el anuncio del premio Nobel de Walesa levantó el ánimo del movimiento clandestino, pero el premio fue atacado por la prensa del gobierno.

El régimen de Jaruzelski se volvió aún más impopular a medida que empeoraban las condiciones económicas y finalmente se vio obligado a negociar con Walesa y sus colegas de Solidaridad. El resultado fue la celebración de elecciones parlamentarias que, aunque limitadas, llevaron al establecimiento de un gobierno no comunista. Con el gobierno de Mijail Gorbachov, la Unión Soviética ya no estaba preparada para usar la fuerza militar para mantener en el poder a los partidos comunistas de los estados satélites.

Walesa, ahora líder del revivido sindicato Solidaridad, inició una serie de reuniones con líderes mundiales.

En abril de 1990, en el segundo congreso nacional de Solidaridad, Walesa fue elegido presidente con el 77,5% de los votos. En diciembre de 1990, en una votación general, fue elegido presidente de la República de Polonia. Sirvió hasta su derrota en las elecciones de noviembre de 1995.

Walesa ha recibido muchos títulos honoríficos de universidades, incluidas la Universidad de Harvard y la Universidad de París. Otros honores incluyen la Medalla de la Libertad (Filadelfia, EE. UU.); el Premio Mundo Libre (Noruega); y el Premio Europeo de Derechos Humanos.