Leonor de Aquitania

Leonor era la hija y heredera de Guillermo X, duque de Aquitania y conde de Poitiers, quien poseía uno de los dominios más grandes de Francia, más grande, de hecho, que los que tenía el rey francés. Tras la muerte de Guillermo en 1137, Leonor heredó el ducado de Aquitania y en julio de 1137 se casó con el heredero del trono francés, quien sucedió en el trono a su padre, Luis VI, el mes siguiente. Leonor se convirtió en reina de Francia, un título que mantuvo durante los siguientes 15 años. Hermosa, caprichosa y adorada por Luis, Leonor ejerció una influencia considerable sobre él, a menudo incitándolo a emprender peligrosas aventuras.

Desde 1147 hasta 1149, Leonor acompañó a Luis en la Segunda Cruzada para proteger del asalto turco, el frágil reino latino de Jerusalén, fundado después de la Primera Cruzada solo 50 años antes. La conducta de Leonor durante esta expedición, especialmente en la corte de su tío Raymond de Poitiers en Antioquía, despertó los celos de Luis y marcó el comienzo de su alejamiento. Después de su regreso a Francia y una reconciliación de corta duración, su matrimonio fue anulado en marzo de 1152. Según las costumbres feudales, Leonor recuperó la posesión de Aquitania, y dos meses después se casó con el nieto de Enrique I de Inglaterra, Henry Plantagenet de Anjou y duque de Normandia. En 1154 se convirtió, como Enrique II, en rey de Inglaterra, con el resultado de que Inglaterra, Normandía y el oeste de Francia se unieron bajo su gobierno. 

Leonor tenía solo dos hijas de Luis VII; con su nuevo esposo tuvo cinco hijos y tres hijas. Los hijos fueron William, quien murió a la edad de tres años; Enrique; Ricardo "Corazón de León"; Geoffrey, duque de Bretaña; y John, apodado "sin tierra" hasta que, después de haber sobrevivido a todos sus hermanos, heredó, en 1199, la corona de Inglaterra. Las hijas fueron Matilde, quien se casó con Enrique el León, duque de Sajonia y Baviera; Leonor, quien se casó con Alfonso VIII, rey de Castilla; y Joan, que se casó sucesivamente con Guillermo II, rey de Sicilia, y Raymond VI, conde de Toulouse. Leonor bien hubiera merecido ser nombrada la "abuela de Europa".

Durante sus años de maternidad, participó activamente en la administración del reino y aún más activamente en la administración de sus propios dominios. Fue instrumental en convertir la corte de Poitiers, frecuentada por los trovadores más famosos de la época, en un centro de poesía y un modelo de vida y modales cortesanos. Fue la gran patrona de los dos movimientos poéticos dominantes de la época: la tradición de amor cortés, transmitida en las canciones románticas de los trovadores, y la histórica matière de Bretagne, o "leyendas de Bretaña", que se originó en las tradiciones celtas y en La Historia Regum Britanniae, escrita por el cronista Geoffrey de Monmouth en algún momento entre 1135 y 1138.

La revuelta de sus hijos contra su esposo en 1173 terminó con las actividades culturales con un final brutal. Dado que Leonor, 11 años mayor que su marido, había resentido durante mucho tiempo sus infidelidades, la revuelta pudo haber sido instigada por ella; en cualquier caso, ella le dio a sus hijos un apoyo militar considerable. La revuelta fracasó, y Leonor fue capturada mientras buscaba refugio en el reino de su primer marido, Luis VII. Su semi-encarcelamiento en Inglaterra terminó solo con la muerte de Henry II en 1189. Al ser liberada, jugó un papel político más importante que nunca. Se preparó activamente para la coronación de Ricardo como rey, fue administradora del reino durante su Cruzada a Tierra Santa y, después de su captura por el duque de Austria al regresar de Oriente, reunió el dinero para su rescate y viajó personalmente para escoltarlo a Inglaterra. Durante la ausencia de Ricardo, logró exitosamente mantener el Reino intacto y frustar las intrigas contra Rocardo de su hijo menor, Juan Sin Tierra y del rey de Francia

En 1199 Ricardo murió sin dejar heredero al trono, y Juan fue coronado rey. Leonor, de casi 80 años, temiendo la desintegración del dominio Plantagenet, cruzó los Pirineos en 1200 para buscar a su nieta Blanche en la corte de Castilla y casarla con el hijo del rey francés. Por este matrimonio ella esperaba asegurar la paz entre los Plantagenet de Inglaterra y los reyes capetianos de Francia. En el mismo año, ayudó a defender a Anjou y Aquitania contra su nieto Arturo de Bretaña, asegurando así las posesiones francesas de Juan. En 1202, Juan estaba nuevamente en deuda con ella por sostener a Mirebeau contra Arturo, hasta que Juan, para su alivio, pudo hacerlo prisionero. Las únicas victorias de Juan en el Continente, por lo tanto, se debieron a Leonor.

Leonor de Aquitania murió en 1204 en el monasterio de Fontevrault, Anjou, donde se había retirado después de la campaña en Mirebeau. Su contribución a Inglaterra se extendió más allá de su propia vida; Después de la pérdida de Normandía (1204), fueron sus propias tierras ancestrales y no los antiguos territorios normandos los que permanecieron leales a Inglaterra. Muchos historiadores franceses la han juzgado mal, pero solo han notado su frivolidad juvenil, ignorando la tenacidad, la sabiduría política y la energía que caracterizaron los años de su madurez. "Era hermosa y justa, imponente y modesta, humilde y elegante"; y, como escribieron las monjas de Fontevrault en su necrología, una reina "que superó a casi todas las reinas del mundo".