Louis Vuitton

La madre de Vuitton falleció cuando él tenía solo 10 años, y su padre pronto se volvió a casar. Según la leyenda, su nueva madrastra era tan severa y perversa como cualquier villana de cuento infantil. Un niño terco y testarudo, antagonizado por su madrastra y aburrido por la vida provincial en Anchay, Vuitton resolvió huir a la bulliciosa capital de París.

En el primer día de clima tolerable en la primavera de 1835, a la edad de 13 años, Vuitton salió de su casa solo y a pie, rumbo a París. Viajó por más de dos años, tomando trabajos ocasionales para alimentarse por el camino y quedarse donde pudiera encontrar refugio, mientras recorría los casi 500 kilómetros desde su Anchay natal a París. Llegó en 1837, a la edad de 16 años, a una ciudad capital en medio de una revolución industrial que había producido una letanía de contradicciones: grandiosidad imponente y pobreza abyecta, crecimiento rápido y epidemias devastadoras.

El adolescente Vuitton fue aceptado como aprendiz en el taller de un exitoso fabricante de cajas y empacador llamado Monsieur Marechal. En la Europa del siglo XIX, la fabricación de cajas y el embalaje era una artesanía muy respetable y urbana. Un fabricante de cajas y empacador hacía a medida todas las cajas para que cupieran los productos que en ellas se almacenaban. Le tomó a Vuitton solo unos pocos años construirse una reputación en el ambiente de la moda parisina, como uno de los principales practicantes de esta artesanía. 

El 2 de diciembre de 1851, 16 años después de que llegara a París, Louis-Napoleon Bonaparte dio un golpe de estado. Exactamente un año después, asumió el título de Emperador de los franceses bajo el nombre real de Napoleón III. El restablecimiento del Imperio francés bajo Napoleón III resultó increíblemente afortunado para el joven Vuitton. La esposa de Napoleón III y Emperatriz de Francia, era Eugenia de Montijo, una condesa española. Al casarse con el Emperador, ella contrató a Vuitton como su boxmaker y empacador personal y le encargó de "empacar la ropa más bella de una manera exquisita", abriéndole las puertas a una clientela de élite y real, que buscaría sus servicios durante toda su vida.

Para Vuitton, 1854 fue un año lleno de cambios y transformaciones. Fue en ese año que conoció a una belleza de 17 años llamada Clemence-Emilie Parriaux. Se casaron esa primavera, el 22 de abril de 1854. Pocos meses después de su matrimonio, Vuitton dejó la tienda del señor Marechal y abrió su propio taller de fabricación de cajas y embalajes en París. El letrero fuera de la tienda decía: "Embala de forma segura los objetos más frágiles. Somos especialistas en el embalaje de modas".

En 1858, cuatro años después de abrir su propia tienda, Vuitton debutó con un baúl completamente nuevo. En lugar de cuero, estaba hecho de un lienzo gris que era más liviano, más duradero y más impermeable al agua y los olores. Sin embargo, el punto clave de su venta fue que, a diferencia de todos los baules anteriores, que tenían forma de cúpula, los baules de Vuitton eran rectangulares, lo que los hacía apilables y mucho más convenientes para el envío a través de nuevos medios de transporte como el ferrocarril y el barco a vapor. Muchos consideran que el baúl de Vuitton fue el nacimiento del equipaje moderno.

Los baules demostraron ser un éxito comercial inmediato, y los avances en el transporte y la expansión de los viajes aumentaron su demanda. En 1859, para cumplir con los pedidos de fabricación de equipaje, se expandió a un taller más grande en Asnieres, una aldea en las afueras de París. Los negocios estaban en auge, y Vuitton recibió órdenes personales no solo de la realeza francesa, sino también de Isma'il Pasha, el Khedive de Egipto.

En 1870 el negocio fue interrumpido por el estallido de la guerra franco-prusiana y el subsiguiente asedio de París, que dio paso a una sangrienta guerra civil que destruyó el Imperio francés. Cuando el sitio finalmente terminó el 28 de enero de 1871, Vuitton regresó a Asnières para encontrar el pueblo en ruinas, su personal disperso, su equipo robado y su tienda destruida. 

Mostrando el mismo espíritu obstinado que demostró caminando casi 500 kilómetros a la edad de 13 años, inmediatamente se dedicó a la restablecer su negocio. En cuestión de meses, había construido una nueva tienda en una nueva dirección, 1 Rue Scribe. Junto con la nueva dirección también vino un nuevo enfoque en el lujo. Situada en el corazón del nuevo París, Rue Scribe era el hogar del prestigioso Jockey Club y tenía una sensación decididamente más aristocrática que la ubicación anterior en Asnieres. En 1872, Vuitton presentó un nuevo diseño de maleta con lienzo beige y rayas rojas. El diseño simple, pero lujoso, atrajo a la nueva élite de París y marcó el comienzo de la encarnación moderna de la marca Louis Vuitton como símbolo de lujo. 

Durante los siguientes 20 años, Vuitton continuó operando desde 1 Rue Scribe, innovando en equipaje de lujo de alta calidad, hasta su juerte el 25 de febrero de 1892, a la edad de 70 años. Pero la línea Louis Vuitton no moriría con su fundador. Comenzando con su hijo Georges, que creó el famoso monograma LV de la compañía, y siguiendo con las futuras generaciones de Vuittons, la marca Louis Vuitton se convertiría en la mundialmente reconocida marca de lujo y estilo de vida lujosa que aún conserva.