Manuel De Amat Y Junyet

Virrey del Perú en el siglo XVIII, Manuel de Amat y Junyet nació en la ciudad condal de Barcelona en el seno de una familia de la aristocracia, e ingresó en el ejército en el que comenzó una brillante carrera militar que le llevó hasta obtener el rango de mariscal de campo.

Su carrera como político en ultramar comenzó en el mil setecientos cincuenta y cinco al ser nombrado presidente de la Audiencia Nacional y Gobernador de Chile, para pasar a Perú como virrey durante la guerra de los siete años que se peleó contra el imperio británico en el que destacó por su planteamiento defensivo de las zonas a las que pertenecía.

La capital del Perú, Lima, prosperó impulsada por el impulso y los esfuerzos de su virrey, que organizó una serie de festividades y ordenó la construcción de edificios singulares como iglesias y palacios. Como curioso mecenas y siempre buscando nuevos territorios, organizó varias expediciones en algunas islas espoleado por las noticias del explorador James Cook en el archipiélago de la Polinesia, y a medida que iba recaudando riquezas entregó grandes cantidades a la corte de Madrid, lo que le hizo granjearse el favor de los nobles de la corte y conseguir el apoyo de España durante su gobierno. No obstante, varias acusaciones le empujaron a solicitar un Juicio de Residencia por su propia iniciativa del que salió plenamente reforzado y favorecido al final de su gobierno.

Tras dejar de ser virrey del Perú regresó a Barcelona, donde se hizo construir un magnífico palacio en la Rambla y contrajo matrimonio con quien sería su mujer pero por poderes, ya que él se encontraba a la sazón en Madrid. Tras su muerte sin hijos, legó sus bienes a su mujer y su sobrino. Ella vivió en el palacio familiar hasta su muerte a finales del siglo XVIII, razón por la cual se conoce el edificio como el Palacio de la Virreina.

Si bien con su mujer no tuvo ningún hijo, posteriormente se conoció que había tenido un hijo con la que fue su amante durante más de diez años y que se convirtió en un escándalo monumental, una actriz de teatro del Perú conocida como La Perricholi porque al parecer el virrey la denominaba así en la intimidad del dormitorio. De hecho, algunas de las construcciones que impulsó este fueron para sorprender a la artista.