María Blanchard nació en Santander el día 6 de marzo de 1.881, en una familia burguesa. Estuvo siempre rodeada de un ambiente culto, tanto por parte de su padre como de sus abuelos maternos, lo que contribuyó a su gran interés por el arte.
En el año 1.903, decide trasladarse a Madrid para terminar su formación como pintora, y a la muerte de su padre, un año después, se traladará toda su familia con ella.
En el año 1.906, comienza a exponer algún cuadro, como
“Mujer bretona”, en la Exposición Nacional de Bellas Artes.
Poco después, en el año 1.909, gracias a una beca ofrecida por el Ayuntamiento de Santander, puede marchar a París. Allí ingresa en la Academia Vitti, recibiendo clases de maestros importantes, entre ellos Anglada Camarasa. y Van Dongen, que ven en María un gran talento y le dejan la libertad de crear su propio estilo, sin tomar directrices marcadas por la academia.
En aquel mismo verano, viaja a Bélgica junto a Angelina Belloff, lugar en el que coincidirán con
Diego Rivera, al que María ya conocía, tanto a él personalmente como a su trabajo.
Poco después regresa a España, esta vez a Granada, pero su ilusión es volver a Paris, por lo que solicita otra beca a la Diputación de Santander, la cual le fue concedida, en el año 1.912.
En este año pudo tener más contacto con el círculo de la vanguardia cubista, descubriendo su gran pasión por este estilo. Dentro de este ambiente de artistas, conocerá a
Juan Gris y a Lipchitz.
Debido al estallido de la Primera Guerra Mundial, tiene que marchar de Francia, y decide instalarse en Mallorca, junto a Rivera, Lipchitz y su buena amiga Angelina Belloff.
En el año 1.916, regresa a Paris, dedicándose plenamente a su etapa cubista, creando un gran circulo de artistas y logrando un gran reconocimiento a su trabajo. Uno de los integrantes de dicho círculo es Leonce Rosenberg, el cual pasa a formar parte de la galería de arte que ha creado, L´Effort Moderne. Gracias a Roserberg, consigue que empiecen a venir compradores de todas partes, rusos, americanos, alemanes, etc.
Después de 1.927, y tras la muerte de Gris, María cae en una despresion y comienza a encerrarse en sí misma, su salud se deteriora y enferma de tuberculosis.
María puede subsistir económicamente gracias a las ventas de cuadros esporádicos o hechas a algún coleccionista suizo, como
“El almuerzo”,
“Femme Assise”,
“La niña del brazalete” o
“Maternidad”.
Tiene la oportunidad de participar en una exposición de Brasil, pero su frágil salud está ya muy delimitada. María muere en París el 5 de abril de 1.932.
Otras obras suyas son,
“La convaleciente”,
“Natura morta amb fruitera”,
“ La toilette”,
“Composición cubista” o
“Autorretrato”, entre otros muchos.