Marina Vilte nació en
San Salvador de Jujuy en el año 1938, tuvo una infancia tranquila viviendo con sus padres y hermanos. Siempre fue una excelente alumna y destacó en la escuela, por eso en 1956 ya se recibía de Maestra Normal Nacional.
Siempre estuvo al tanto de la realidad educativa de su provincia y empezó a transitar de la mano con su arduo compromiso de ser docente y a la vez, muy comprometida con su comunidad. Estuvo por Purmamarca y todos esos pueblos que se erigían en los cerros de colores, fue coplera en los carnavales de la Quebrada y leyó la Pedagogía del Oprimido de Paulo Freire, que marcó muy hondo en la generación de los maestros de los años 60 y 70.
Participó en la luchas que hacia el sindicato y llegó a ocupar el cargo de Secretaria en la Asociación de Educadores Provinciales. Por esa época se podían sentir cambio social y el cuestionamiento a las viejas estructuras que ponían cada vez más a la población desvalida, llegando a sentirse la miseria.
En la década del 70 aumentaron en casi el cien por ciento, los grupos y organizaciones que planteaban la necesidad de luchar contra la pobreza y distribuir la riqueza liberando también, el imperialismo yanqui. Marina Vilte era una militante sindical, era la contra cara del burócrata sindical, defendía el trabajo y el estudio y llegó a ser autoridad de la Asociación de Educadores Provinciales por espacio de tres periodos.
Cuando se crea la CTERA Confederación de Trabajadores de la Educación de República Argentina, el 12 de setiembre de 1973, Marina estuvo presente y fue la única entidad del sindicato reconocida por ley. Desde ese momento, la situación se llena de conflictos y todo se hace cada vez más difícil.
El 24 de marzo de 1976, cuando se produce el Golpe de Estado, Marina es llevada presa por primera vez, ese mismo día el secretario adjunto de CTERA, Isauri Arancibia , es asesinado a balazos al lado de su hermano en la sede de ATEP. Un mes más tarde, Marina es dejada en libertad y fiel a sus principios regresa a ocupar su lugar en ADEP.
El 31 de diciembre de ese año, en la víspera de iniciar el año 1977, Marina es sorprendida en su hogar y conducida a un rumbo del que nadie jamás tuvo conocimiento. Era seguro que los centros clandestinos de detención eran similares a estar en el mismo infierno, se les hacía perder la dignidad, eran torturados cruelmente y muchos no regresaban nunca más con sus familias.
Hoy un instituto de investigaciones de CTERA lleva su nombre. Maria Vilte será la mujer que para siempre representará y exigirá, un homenaje a la lucha y el compromiso de todos los docentes de su país.